Una larga demanda que parece haber llegado a su fin. Los principales sindicatos de educación de la región aplauden que el próximo curso los exámenes extraordinarios de la ESO se realicen en septiembre y no en junio como hasta ahora. Así lo anunció ayer el nuevo secretario general de Educación de la Junta, César Díez Solís, en una entrevista concedida a este diario y las reacciones no se han hecho esperar. Era una petición que habían realizado en diversas ocasiones CSI-F, PIDE y ANPE y será una realidad el próximo curso, aunque la Federación Enseñanza de UGT pide "prudencia". "Antes de tomar la decisión debe valorarse la efectividad de los programas puestos en funcionamiento para favorecer la recuperación de alumnado con problemáticas y consultar a la comunidad educativa", señala el sindicato.

"Es una decisión acertada, porque así viene ocurriendo en Bachillerato y repescan muchos alumnos. Es la primera medida buena para encauzar el éxito escolar", señala el presidente de CSI-F, Adrián Vivas. Su homólogo de PIDE, Juan Manuel Chapado, opina lo mismo. "No es posible recuperar varias asignaturas una semana después y llevar la prueba extraordinaria a septiembre obliga además a las familias a implicarse", sostiene. En ANPE, el secretario regional Acción Sindical, Saturnino Acosta, aporta los mismos argumentos. "Es la mejor medida para darles más oportunidades de aprobar"

El mismo consenso se encuentra a la hora de hablar del Informe PISA. Apoyan que Extremadura participe por primera vez en la próxima evaluación que realiza la OCDE, tal y como anunció ayer Díez Solís, y otras de sus intenciones como rebajar la ratio de alumno/profesor, "especialmente en las ciudades", dice UGT, fortalecer la escuela pública y resolver cuanto antes la vuelta a las aulas. Pero mantienen otras reivindicaciones. PIDE solicita que comience ya a renegociarse la puesta en marcha de las medidas de la Ley de Educación y el resto destacan que no se lleven a cabo más recortes, "el profesorado es esencial para mejorar la calidad".