La tasa de abandono escolar en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) en Extremadura está entre las más altas del país, y supera la media nacional, según los datos facilitados por el Gobierno a la diputada popular en el Congreso Celia Villalobos.

Según estos datos, el 14,6% de los extremeños que cumplen los 16 años abandonan el sistema educativo sin obtener el certificado de aptitud. Esta tasa sólo es superada por Castilla-La Mancha (17,9%), Valencia (17,5%), Cataluña (16,5%), Murcia (16,1%), Baleares (15,6%) y Asturias (15,3%). Mientras, la media nacional está 2,4 puntos por debajo de la extremeña.

Con todo, el dato más preocupante es que, en el desglose por sexos, los varones extremeños de 16 años tienen una tasa de abandono del 23%, la más alta de España y ocho puntos por encima de la media. Por su parte, las jóvenes de la misma edad en la región tienen una tasa de abandonos del 11,6%, también más alta que la media.

A LOS 17 AÑOS En cuanto al siguiente tramo de edad, la respuesta a la parlamentaria del PP indica que en Extremadura más del 29% de los jóvenes de 17 años deja los estudios sin completarlos en su nivel obligatorio, tasa 3,5 puntos superior a la media nacional, y sólo superada por Baleares (35,1%), Andalucía (34,3%), Castilla-La Mancha (31,2%) y Valencia (30,3%).

Como en el caso anterior, en el desgolse por sexos se dispara de manera alarmante la cifra de varones extremeños que no obtienen el certificado de aptitud, y alcanza el 38,3%, más de seis puntos por encima de la media, y sólo superados por castellanomanchegos (39,3%) y andaluces (38,6%). En cuanto a las mujeres, la tasa también mejora aquí sensiblemente, y en Extremadura el abandono es del 21,8% a los 17 años, 1,7 puntos por encima de la media.

MEDIDAS En el extremo contrario, destacan las excelentes tasas del País Vasco, donde los abandonos a los 16 años no llegan al 3%, y a los 17 años se sitúan por debajo del 9%.

La respuesta del Gobierno a Villalobos contiene también una breve exposición de medidas para combatir el fracaso, que van desde el impulso a la educación entre 0 y 6 años, el establecimiento de una oferta común para la educación obligatoria, la oferta de programas de apoyo en la ESO, el avance hacia una enseñanza más individualizada, la mejoras de las tutorías, la dotación a los centros de Primaria de medios para reforzar el aprendizaje de lectura, escritura y cálculo, o la promoción de la lectura entre los jóvenes.