El anuncio de Altadis de que cerrará su planta de fabricación de cigarrillos de La Rioja y lo que eso supone de riesgo para la actividad de los productores de tabaco de la región ha hecho que se vuelva a tomar conciencia de hasta qué punto este es un sector estratégico para Extremadura y, muy especialmente, para las tres comarcas cacereñas en las que se concentra, las de La Vera, el Valle del Alagón y El Campo Arañuelo.

De acuerdo a las cifras facilitadas por la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio, en la comunidad autónoma la superficie cultivada con tabaco es de 9.233 hectáreas y de ella sale el 95% de toda la producción española de esta planta. El sindicato agrario UPA-UCE estima que los productores extremeños rondan los 2.200, cifra que multiplica por cerca de diez cuando se trata de calcular cuántas familias viven directa o indirectamente de esta actividad en la comunidad autónoma, que rondarían las 20.000.

"El sector tabaquero tiene un importante peso en el conjunto de producciones agrarias extremeñas, a la vez que constituye una de las principales fuentes en la economía regional", se aseguraba en un completo informe publicado por el sindicato CCOO a finales del 2011. Denominado Estudio sobre el empleo e importancia social del cultivo del tabaco en Extremadura , en él se resaltaba que los ingresos asociados a la producción de tabaco tienen un carácter "vital" para el desarrollo rural de Extremadura, "particularmente en las comarcas de Tiétar, La Vera y Alagón, donde los recursos son escasos. Sostiene un gran número de puestos de trabajo siendo significativo para la subsistencia de estas comarcas, a la vez que desarrolla una importancia territorial y medioambiental para fijar la población en el mundo rural", se afirmaba.

Una situación de dependencia que no ha variado en estas zonas del norte de la provincia de Cáceres durante este último lustro. "Son pueblos en los que se vive, directamente o indirectamente, del tabaco. Porque no solo es el cultivo, la construcción, los comercios o las empresas de servicios auxiliares dependen de él", afirma Teófilo Moreno, responsable del sector del Tabaco de la organización agraria UPA, que recalca que si este sector desapareciese, "habría que cerrar los pueblos. Sería la ruina para ellos". Supondría acabar, incide, con un modelo de desarrollo rural que "es un ejemplo para España y para Europa. Son municipios con muy poco desempleo y que no pierden población". Un modelo para el que, además, actualmente "no hay alternativas", porque hasta el turismo que reciben algunas de estas localidades, remarca, "viene porque los pueblos están bien conservados" gracias a que hay actividad económica.

El informe de CCOO cifraba en 138,5 millones de euros los ingresos anuales del sector (calculados para el año 2009), de los que más de cien millones procedían de las ayudas comunitarias. El resto, un montante algo por encima de los 35 millones de euros (un 25% del total), se generaba con la venta de la producción tabaquera. Teófilo Moreno estima que los ingresos directos son algo superiores, y los sitúa "entre los 160 y los 170 millones de euros" por año.

Aldeanueva de la Vera es posiblemente el mejor ejemplo de lo determinante que es el flujo económico procedente del cultivo de tabaco para muchos de estos municipios cacereños. "Es la primera fuente de ingresos aquí", señala su alcalde, Francisco Javier García Béjar. "Más del 90%" de sus 2.200 habitantes se beneficia de una u otra forma de la aportación que realiza este sector. Con 35 años, él mismo es tabaquero desde los 18, primero trabajando junto a su padre y posteriormente como autónomo.

Este ayuntamiento es "el mayor productor de Europa de tabaco", gracias a la finca Mesillas, una propiedad municipal de la que cada año salen alrededor de un millón de kilogramos de tabaco. "Solamente en esa finca hay cien familias que la explotan directamente, pero que a su vez dan trabajo a otros vecinos del pueblo y del resto de la comarca. El resto tiene finca propia", detalla el edil.

Ayuntamiento sin deudas

Además, gracias a esta explotación agraria el ayuntamiento puede presumir de mantener saneadas sus cuentas año tras año. Y la última vez que el consistorio tuvo deudas fue, precisamente, para poder seguir produciendo, cuando a inicios de los noventa tuvo que endeudarse para construir una

que endeudarse para construir una batería de secaderos destinados a tabaco de la variedad Virginia, una vez que esta sustituyó a la variedad Burley, que se secaba al aire.

El ciclo de producción de los "entre 3 y 4 millones de kilogramos" que tienen su origen cada año en Aldeanueva de la Vera condicionan totalmente la vida del pueblo, que está "a pleno" durante los meses de invierno, pero que, a partir de mayo, se vacía . "Tanto los agricultores de Mesillas como los que tienen fincas particulares se trasladan allí para empezar la campaña y están hasta noviembre. Generalmente se van a vivir a las fincas", cuenta Garcia Béjar.

Jarandilla de la Vera, con cerca de 3.000 habitantes, es otra población que mantiene un fuerte vínculo con el cultivo del tabaco. En esta localidad, aunque también es importante la aportación económica que procede del sector turístico, la contribución fundamental la realiza el cultivo del tabaco del que, de una forma u otra vive "el 50% o el 60%" de los vecinos, precisa su alcalde, Fermín Encabo. La superficie cultivada en este municipio ronda las "quinientas o seiscientas hectáreas" con una producción aproximada de 1,5 millones de kilogramos.

Tras conocerse la intención de Altadis de cerrar su fábrica riojana, Encabo señala que "hay preocupación" entre los cultivadores ante el posible descenso del tabaco contratado. "De aquí a poco van a empezar a hacer las primeras labores y no saben lo que van a poder producir o no, o si van a poder seguir manteniendo lo que tienen alquilado", indica Encabo. "Hay mucha incertidumbre. Si cierra la fábrica de Altadis, la gente no sabe si va a poder mantener su producción. Y tal y como está la situación, con nada que te quiten algo de producción, va a ser totalmente inviable producir tabaco".