No pudo ser. Ni las peticiones realizadas desde diversos ámbitos, ni el hallazgo de elementos singulares (un molino completo, una posible basílica cristiana, una pila bautismal...), ni la posibilidad de que la continuidad de la excavación pudiese dar pistas sobre el enigma de Lacvnis, parecieron suficientes.

Las máquinas, autorizadas por el Ministerio de Fomento,terminaron entrando en el yacimiento y se llevaron por delante muros, tumbas y estructuras, borrando cualquier huella de la villa romana aparecida en Fuente de Cantos.

De este modo, el asentamiento, que había soportado durante casi dos mil años los avatares históricos fue borrado de un plumazo al interponerse en el camino del progreso . Los únicos vestigios que quedaron en el lugar fueron un enorme cráter y una gran escombrera, donde destacaba un cilindro de granito de metro y medio de alto con una pieza metálica engarzada en el eje, resto de un molino. Otra parte del yacimiento fue sepultada bajo toneladas de tierra.

Ya no hay vuelta, pero sectores ecologistas han defendido si no podría haberse estudiado una leve desviación del trazado para salvar la villa y seguir las excavaciones, dado que esta obra no habrá acabado, según Fomento, hasta el 2007.