¿Qué le parecen los vinos extremeños? "Lo siento, pero no los conozco". Quién responde así no es ningún mindundis. Se trata de Juan Carlos López de Lacalle. Fue una de las primeras personas que logró la titulación de enología en España. Pero además, acaba de recoger el premio a la mejor bodega española del año y uno de sus tintos lleva tres ejercicios obteniendo la más alta puntuación en la Guía Peñín. Sí, en Peñín, la publicación considerada como la biblia comercial de los vinos nacionales. Esa donde los caldos extremeños ven su reflejo como si se tratara de un espejo. Esa donde observan como ninguno ha alcanzado la etiqueta de "excepcional" este año, pero en cuyas páginas cada vez son más los que ven reconocido el trabajo con calificaciones de notables altos e incluso sobresalientes. Solo en la última edición, presentada el jueves en Madrid, aparecían 131 vinos elaborados en la comunidad.

La Guía Peñín fue creada hace dos décadas por el periodista especializado en enología José Peñín. Hoy el sector admite que es la publicación de referencia en el panorama nacional. Fernando Giménez Alvear, consejero delegado del Grupo Alvear, con bodegas en Andalucía y en Extremadura, explica la magnitud que ha alcanzado esta publicación: "Hay muchos concursos y guías, pero ésta es la de mayor transcendencia en España y también es muy importante fuera. Los importadores de vinos españoles normalmente se orientan consultando la Guía Peñín". Lo dice alguien que acaba de ver como sus botellas de Alvear Pedro Ximénez 1830 Reserva, vino que se elabora en Córdoba, han recibido la mayor puntuación entre los vinos dulces y generosos españoles. El, que además, en su bodega Palacio Quemado, en Alange, produce dos de los vinos extremeños mejor valorado por los catadores de Peñín este año.

Lo cierto es que poco a poco la región comienza a hacerse un hueco en el mapa enológico de los vinos de calidad. Hace solo cinco años era casi un imposible que alguna bodega de Extremadura pudiera codearse con los productores más potentes de Rioja, Ribera de Duero, Rias Baixas o Xerez. En el 2010 lo logró Pago Los Balancines (Oliva de Mérida) y desde entonces este proyecto que dirige Pedro Mercado, con la colaboración de Fernando Toribio (Bodegas Toribio-Viña Puebla) y el viticultor José Antonio Vicente, no ha bajado de ese olimpo. De hecho, en la Guía Peñín 2014, dos de sus vinos (Matanegra 2009 y Vaso de Luz 2009) lideran el ranking extremeño, con 94 puntos sobre 100. Y otro más, Huno 2010, aparece como el quinto mejor valorado. Asimismo, ha sido la única bodega de la comunidad autónoma invitada al Salón de los Mejores Vinos de España, celebrado el jueves en el Museo del Ferrocarril de Madrid.

Testigo de esa evolución es Carlos González Sáez, abulense de 34 años que hoy dirige Guía Peñín y su equipo de catas. "La situación de los vinos extremeños es muy alentadora. Hace 7 u 8 años solo nos encontrábamos vinos cooperativistas, de grandes volúmenes, calidades muy justas y con variedades de uva poco expresivas. En estos últimos años ha habido iniciativas privadas, como Pago Los Balancines, Habla, los Banús y otros, que están dando un giro a un terroir, a un clima y a unas variedades autóctonas que permanecían ocultos. Estoy asombrado de la evolución", confiesa. Sus palabras están avaladas por los resultados de sus evaluaciones en el último ejercicio: pese a que ninguno llega a la excelencia (más de 95 puntos),15 referencias de la región superan el 90 de evaluación (el equivalente a un 9) dentro de la edición 2014 de la guía.

Los más sobresalientes

Siguiendo la clasificación de Peñín, puede realizarse un 'top ten' de los vinos extremeños. Este estaría liderado por los mencionados Matanegra y Vaso de Luz, ambos con una calificación de 94. Les siguirían Pagos de Mirabel, que es un tinto joven elaborado por Bodegas Mirabel (Cañamero), y el Gran Vino de Guarda de Marqués de Valdueza (Mérida). Al frente del primero de estos dos proyectos están Anders Vinding-Diers y su esposa, Andrea Sánchez. "Extremadura tiene un potencial enorme. Por eso apostamos por esta tierra. Regiones como Rioja o Duero están saturadas. Aquí hay un entorno natural y ecológico que se transmite al vino y que nos permite obtener vinos con pasaporte extremeño", explica él, enólogo con recorrido en países tan potentes en esta industria como son Italia, Argentina o Chile.

Un poco por debajo, con 91 puntos Peñín aparecen este año: Huno (Pago los Balancines), Cavea 2009 (de Bodegas Carabal --en la localidad cacereña de Alía--), Madre del Agua (de Bodegas Toribio Viña Puebla --en Puebla de Sancho Pérez--) y el Mirabel 2010. Y la lista de los destacados la completarían otros caldos que se han quedado con una valoración de 90 tras las catas técnicas llevadas a cabo en los últimos meses. Es el caso de Viña Puebla 2012, La Zarcita, Los Acilates (estos dos últimos de Bodegas Palacio Quemado), Tribel de Mirabel, Valdueza etiqueta Roja o Gran Buche 2010 (Bodegas Occidente --de Almendralejo--).

El resto de vinos extremeños que aparecen en la nueva Guía Peñín tienen valoraciones de entre 80 y 89 puntos. No obstante, quedar fuera del cuadro de honor no tiene por qué significar que el producto que se embotella sea malo. "Es importante tener puntuacione altas porque facilita las ventas, pero hay más guías, más catadores, mas concursos y hay que tener en cuenta que un mismo vino puede resultar diferente para cada persona, hay gustos diversos", señala Anders Vinding-Diers desde Italia, donde responde al teléfono mientras patea viñedos.

El futuro por delante

El vino cae en la copa, se examina con la vista, se agita, se lleva a la nariz, se pasa por la boca y se procesa toda la información. Sobre Extremadura, la conclusión parece unánime: hay mucho margen de mejora. "Es una comunidad que no es bien conocida. Está todo por descubrir. Ni siquiera hay un tópico que nos permita identificar las características de un vino extremeño de calidad", subraya Carlos González. Y los propietarios de los viñedos y bodegas de la región parecen ser conscientes de ello: "Los vinos extremeños tienen un futuro enorme. La marca Extremadura es buenísima. Pero lo que tenemos que hacer es mejorar la imagen que poseen en el mercado", corrobora Fernando Giménez de Alvear, que a sus espaldas tiene un pedro ximénez de 98 puntos. Sabe, por tanto, de lo que habla. De vinos magníficos.