El sector vitivinícola extremeño se está haciendo un hueco en los mercados internacionales. Los caldos que se producen en la región se venden en más de 90 países y las empresas tienen claro que el futuro pasa por salir al mercado exterior. En concreto, durante el año pasado llegaron a 96 países frente a los 80 del 2014. En los ocho primeros meses de 2016 ya está en 76 países.

La Unión Europea es el principal consumidor de los vinos extremeños: el 91% de la producción que sale al exterior. Y en concreto, Portugal, Italia, Alemania y Francia son, por este orden, los principales clientes extranjeros tanto de vino a granel como embotellado. El 8% de la producción restante se reparte entre Africa (4%), América (2%) y Asia (1,8%). Aunque el volumen de exportación en estos dos últimos continentes es bajo, los datos se han duplicado durante 2015 respecto al año anterior. Tailandia, Malasia, Bahamas, Panamá, Singapur, Filipinas, Congo o Australia están entre los 76 países que han recibido este año envíos desde la comunidad.

En cuanto a la materia prima, el vino embotellado tiene mayor éxito que a granel. El año pasado se exportaron 126.085 toneladas de caldos embotellados --un 88% vinos de mesa y un 12% de denominación de origen Ribera del Guadiana-- frente a las 114.918 toneladas de vino a granel. "Además se vendió al mercado exterior 697 toneladas de vino espumoso".

El vino a granel tiene su mercado principal en Portugal (con 87.958 toneladas durante 2015), Italia (7.195), Alemania (4.446), Rusia (3.498), Francia (3.157), Canadá (2.381), Angola (2.283) y Suecia (1.402). Luego hay otros países como México, Cabo Verde, Suiza, Letonia, Taiwán, Rumanía... que no superan el millar de toneladas.

El récord de exportaciones de este tipo de vino se situó en el 2013, cuando se vendieron fuera más de 195.000 toneladas. "Este crecimiento se ha estancado en los dos últimos años debido a que la recuperación de la producción de vino europea ha dado lugar a un exceso de oferta", señalan desde Extremadura Avante.

Respecto a los caldos embotellados, las mayores exportaciones se realizan también a Portugal e Italia, con 55.000 y 35.000 toneladas respectivamente durante el año pasado. Ambos países concentran más del 70% de las ventas de este producto en el exterior. Le siguen Alemania (con 8.920 toneladas exportadas en 2015), Francia (7.921), República Checa (2.856), China (2.817), Togo (2.288) y México (1.108). El resto de las toneladas hasta el total se reparten, por este orden, entre Burkina Faso, Reino Unido, Nigeria, Guinea Bissau, Suecia, Chipre e Irlanda, entre otras.

En su conjunto las exportaciones de vino extremeño superaron las 241.000 toneladas durante el año pasado, una cifra prácticamente similar a la registrada un año antes, pero superior a los datos de 2013 cuando el peso de lo vendido fuera fue de 155.500 toneladas. Sin embargo, el valor de esas exportaciones fue más de un millón de euros inferior: en el 2015 supuso 94,2 millones frente a los 95,5 millones del 2014.

La situación varía en función de la producción y de la situación de cada país, señala Emiliano Zamora, director de la Estación Enológica de Almendralejo, que reconoce que "el sector está exportando mucho y en los últimos años está creciendo la presencia en Asia". "Cuando los principales países productores tienen una producción menor suelen aumentar el precio y es ahí cuando el resto aprovechamos para establecer redes comerciales con el exterior y entrar en diferentes mercados", cuenta.

COMPETENCIA Y BAJO CONSUMO La fuerte competencia y la continua reducción del consumo interno ha obligado a las empresas extremeñas a buscarse la vida más allá de nuestras fronteras. "Las bodegas y cooperativas extremeñas saben que el futuro pasa por la exportación". Zamora señala que lo que más se valora fuera es la buena relación calidad-precio del vino extremeño. "Ese es el factor más importante y la de Extremadura es muy adecuada y competitiva", dice.

En este sector, España ocupa la primera posición mundial en superficie vitivinícola, aunque en producción Italia o Francia suelen estar a la cabeza. "Y muy pronto estará China entre esas potencias mundiales del vino, será cuestión de tiempo", advierte Zamora. Por la Estación Enológica de Almendralejo, dependiente de la Junta y encargada del control de la calidad de los vinos extremeños y de los viñedos denominación de origen entre otras tareas, pasa buena parte de la producción de vino que sale al exterior y que en muchos casos para ello requiere de una certificación oficial. "En la Unión Europea no suele ser necesario, pero fuera sí", explica.

Actualmente, señala que la mayoría de las bodegas tienen a cero sus existencias y como acabe el año dependerá de la campaña de la vendimia que está en marcha y que arranca con la previsión de recoger una menor cantidad de uva por la ausencia de agua y las altas temperaturas que están retrasando la maduración de la fruta.