La cooperativa de Losar de la Vera (Coolosar) está desarrollando en estos momentos un proyecto con el fin de modernizar el sistema de producción de tabaco de sus socios y abaratar el capítulo de costes. Este proyecto incluye la construcción de ciento veinte secaderos de tabaco, veinticuatro en la primera fase, ya terminados, y noventa y seis en la segunda, en plena construcción. Todos ellos están alimentados con biomasa, lo que permite eliminar el uso de gasóleo o gas propano durante el proceso de secado. Además, durante los últimos dos años se han adquirido siete máquinas de repelar con un presupuesto total de seis millones de euros.

El riesgo de la operación es considerable si se tiene en cuenta que el sector se encuentra en unos momentos en los que reina la incertidumbre ante la próxima reforma de la Organización Común de Mercado (OCM), que podría restringir las ayudas al cultivo del tabaco, procedentes de Bruselas. En este sentido, el gerente de Coolosar, Cándido Barrera, reconoce haber oído el calificativo de "locura", con respecto a las inversiones que están realizando, "pero por suerte, o por desgracia llevamos siendo los locos del sector mucho tiempo, quizás porque siempre hemos estado mirando hacia adelante". A su juicio, ha llegado el momento de modenizar el sector del tabaco. "Lo que vaya a pasar en los próximos cuatro años, no lo sabemos. En cambio, sí está claro que hay que producir tabaco de una forma distinta a como se hacía hasta ahora", para que el agricultor "no se arruine".

En cuanto a los antecedentes de la situación actual de desarrollo del citado proyecto, el gerente de Coolosar ha señalado en declaraciones a este diario que el sector necesita una modernización, "ya que a las empresas nos están exigiendo cada vez más, en cuanto a materias extrañas y combustión directa". Ante estas demandas "nuestros socios lo que piden es una reducción de costes de producción", con el fin de frenar la bajada de beneficios que "afecta a sus bolsillos".

El recorte de gastos que se puede llevar a cabo en el cultivo en el campo "es mínimo. Donde vimos que sí hay un margen más amplio es en recolección y curado". Como las explotaciones de los socios de Coolosar "son pequeñas, al tener solamente unas seis hectáreas de superficie por cada una de ellas, acometer este cambio les resulta, no caro, sino imposible". Ante este panorama, la cooperativa losareña decidió comprar siete máquinas de repele, con el fin de iniciar un proceso de utilización de maquinaria en conjunto. "El siguiente paso ha sido éste, la construcción de ciento veinte secaderos".

REDUCCION DE COSTES Barrera asegura que al cambiar el gasóleo y el gas propano por biomasa, "la reducción en el coste se sitúa en torno a los cuarenta céntimos de euro por kilo de tabaco, lo que supone una bajada importante, solamente en combustible". A esto hay que sumar otras reducciones derivadas de mano de obra, seguros, electricidad y administración, "al estar los productores agrupados en la cooperativa". Precisamente, la idea "que tenemos es que los trabajadores de la planta de secado sean socios o hijos de estos, para evitar los problemas con los que nos estamos encontrando actualmente, al carecer de mano de obra especializada".

Otro aspecto a tener en cuenta en la cadena de producción es la venta de la mercancía. "Las ventas las tenemos aseguradas campaña tras campaña. De hecho, la empresa World Wide Tobacco, a la que vendemos el tabaco, nos está ayudando bastante", lo mismo que Philips Morris, "al ser cliente de la anterior".

Pese a todo, Barrera se mostró convencido de que las ayudas europeas "son imprescindibles. Con esto no vamos a solucionar el problema, pero sí nos podemos preparar ante un posible recorte, o una distribución de otra manera". De los 350 socios que tiene Coolosar, en la sección de tabaco hay 120.

Por último, Barrera destacó que "todas las empresas que están trabajando aquí son extremeñas", e indicó que la cooperativa ofrece un servicio completo a los socios, ofertándoles 8 millones de plantas de tabaco en cepellón y abonos a la carta.