Cuando era la líder del grupo musical Greta y los Garbo, Beatriz (bueno, todos se piensan que se llama Greta), lucía una espectacular melena rubia y lisa. "Ahora estoy feliz porque ya no voy a la peluquería, de hecho mi hermana acaba de cortarme las puntas con unas tijeras de Ikea", explica entre risas la glamurosa cantante. Ha tardado cinco años en lanzarse al ruedo discográfico sin sus hermanas mayores, y lo ha hecho con un compacto trilingüe, Ribirth , y manteniendo el apodo de Greta, que por algo sigue siendo tan fan de la famosa actriz sueca.

Beatriz fue dando forma a las 18 piezas del compacto en Nueva York y luego siguió componiendo en Marruecos. "Estoy en Casablanca por algo tan bonito como el amor", reconoce. "Marruecos ya me había capturado antes, toda Africa, al igual que Londres, que también fue mi casa. Procedo de una familia de nómadas".

Durante los años que permaneció alejada de la música, Greta se dedicó a diseñar su propia línea de ropa, Les Bohémiens, inspirándose en la moda otomana y los caftanes. "Compro las telas, hago los bocetos y les digo a los bordadores que utilicen hilos de oro, plata o cobre", explica con detalle la cantante.