TPtadre, me confieso de haber realizado tres adelantamientos peligrosos y de tener el coche tuneado hasta los bajos". Estos pueden ser algunos de los nuevos pecados que se deslicen ahora por las rejillas de los confesionarios tras los diez mandamientos para el conductor dictados esta semana por la Iglesia. Y en el fondo el Vaticano no está tan desencaminado porque, a veces, hay coches tuneados que son un auténtico pecado mortal y algunos adelantamientos deberían estar castigados, al menos, con el Purgatorio. La preocupación de la Iglesia por el volante llega en un momento en el que la DGT anda también buscando soluciones para frenar la escalada mortal de los accidentes de tráfico. Lo último ha sido una campaña de control de alcoholemia que se ha desarrollado en las carreteras extremeñas a horas en las que yo siempre imaginé que era difícil pecar. A las 9.30 de la mañana. Pero estaba equivocado. En las dos semanas que han durado los controles la Guardia Civil ha denunciado a 36 conductores por superar la tasa de alcohol permitida. Esta cifra, y a esas horas de la mañana, asusta. El pecado no sabe de horarios. Y claro, aquí la Iglesia lo tiene complicado. La falta de sacerdotes ha provocado que los que ejercen en varios pueblos tengan que desplazarse en sus vehículos muchos días a otros municipios para oficiar. Además, hay misas que madrugan más que el pecado, a las siete o las ocho de la mañana. Y claro, después de tomar el vino en la Comunión, a ver cuál es el cura que está más católico para desplazarse en coche hasta otra parroquia y sortear los controles de la DGT. ¿Eso es pecado?