Ocho años han tenido que pasar para que Angelina Jolie y Jon Voight pusieran fin a uno de los cabreos más sonados y prolongados de Hollywood. Desde hace meses venían produciéndose acercamientos, pero fue el domingo cuando se fundieron en el abrazo que seguro llevaban tiempo queriendo darse.

La última vez que se habían visto en público fue en el 2002. El protagonista de Cowboy de medianoche, El regreso o El tren del infierno viajó este fin de semana a Italia, donde la actriz rueda su última película, para poner fin al distanciamiento y conocer de una vez a sus seis nietos. Las revistas y los portales de cotilleos contaban ayer que este esperado reencuentro no se habría producido nunca de no haber sido por el papel que ha jugado Brad Pitt.

"Desde que están juntos él insistía en que tenía que aflojar las tensiones y hacer las paces con su padre", aseguraron fuentes cercanas a la pareja. La confirmación de la reconciliación ha llegado en forma de una serie de fotografías en las que se puede ver a la familia Pitt-Jolie al completo junto a Voight a bordo de una góndola por Venecia.

La actriz ya había revelado en alguna ocasión que nunca pudo perdonar a su padre por ser infiel durante su matrimonio y que cuando aún era una niña se divorciara de su madre, la también actriz Marcheline Bertrand. La gota que colmó el vaso fueron unas declaraciones del actor en las que puso en duda la estabilidad emocional de su hija y vino a decir que no estaba preparada para ser madre.