"Es aquí donde todo comenzó (...) Es aquí donde Michael aprendió a bailar, a cantar", declaró el pastor negro Jesse Jackson el viernes ante millares de fans del desaparecido rey del pop que, congregados en el estadio de Gary (Indiana), la localidad natal del cantante, le rindieron homenaje.

La muchedumbre llevaba varias horas congregada ante una pantalla en la que había un retrato de Michael Jackson con las palabras de su canción Never can say goodbye. No faltó el inconfundible baile del videoclip de Thriller, interpretado por impactantes zombis. Rodeado de guardaespaldas, Joe, el padre del artista, llegó al acto dos horas después de que este hubiese empezado. El fundador y gerente de los Jackson 5 fue parco en palabras y lanzó un simple "Hello".

La casa familiar del cantante, en el 2300 de Jackson Street, convertida en un lugar de peregrinación, seguía rodeada de un silencio religioso y de centenares de osos de peluche, flores, velas, medallas y camisetas con la imagen de Jackson. "Su música era inmensa, su baile también", aseguraba sobre su ídolo Renee Sperka, de 50 años.

Paralelamente, un juez de Los Angeles ha aplazado al día 20 la vista sobre la custodia de los hijos de Jackson a petición de su madre y de la exesposa y madre de Prince Michael y de Paris, Deborah Rowe. El artista expresó en su último testamento el deseo de que si él moría fuera su madre quien se ocupase de sus tres hijos. También nombraba a la cantante Diana Ross como segunda madrina. Rowe, que no ha aclarado si reclamará la tutela, quedaba fuera de la herencia.