Jugaron al despiste para evitar a los paparazis, y lo lograron. De incógnito, en presencia solo de la familia y sin ningún político en la sala, la ministra de Vivienda, Carme Chacón, y Miguel Barroso, exsecretario de Estado de Comunicación, contrajeron ayer matrimonio en el Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat (Barcelona). La boda civil, a las ocho de la tarde, fue oficiada por la alcaldesa, la socialista Pilar Díaz. Como le habían pedido los contrayentes, Díaz supo conservar el secreto mejor guardado en el PSC desde que José Montilla aceptó sustituir a Pasqual Maragall como presidenciable.

En los últimos días, entre la familia socialista habían circulado todo tipo de rumores sobre cuándo y con qué invitados de postín se celebraría la ceremonia. Hasta el punto de que, en medios políticos y periodísticos de Barcelona, ayer mismo se daba por hecho que la boda iba a tener lugar hoy, y que asistirían José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno y amigo de los novios, y Montilla, president de la Generalitat y mentor político de la ministra. Todo era una táctica de distracción que Chacón y Barroso alentaron para casarse cuando tenían previsto, ayer por la tarde, y así rehuir a la prensa del corazón.

DISEÑO CATALAN Quienes están más versados en la crónica mundana aconsejan que, tratándose de una boda, se reseñe el atavío de los novios. Ella lució un vestido de novia de la diseñadora catalana Rosa Clará; él, sobrio, traje oscuro sin corbata. Tras la ceremonia, que duró 15 minutos, los familiares y los amigos, una veintena en total, participaron en el banquete.

La ausencia de boato fue tan deliberada como el secretismo. Chacón y Barroso tenían muy claro que la ceremonia no debía convertirse en un espectáculo mediático como el que, por ejemplo, rodeó en 1996 la boda que celebraron en Córdoba el popular Francisco Alvarez Cascos, entonces vicepresidente primero del Gobierno de José María Aznar, y Gema Ruiz. Por no hablar de la pompa del casamiento de la hija de Aznar con Alejandro Agag, que en el 2002 llevó al Monasterio de El Escorial a dignatarios de medio mundo.

Nada que ver con la sobriedad del escenario elegido por Chacón, que sin embargo tiene un fuerte significado político y personal para ella. En el Ayuntamiento de Esplugues, en 1999, iniciaba su carrera política con solo 28 años, al tomar posesión como concejala y teniente de alcalde de la ciudad.

BAGAJE MAS EXTENSO Ocho años más tarde, ayer regresó a la casa consistorial con un bagaje político mucho más extenso: diputada en el Congreso e integrante de las ejecutivas del PSC y el PSOE desde el 2000; portavoz de la dirección federal del partido en el 2003; vicepresidenta de la Cámara baja en el 2004; y, desde el pasado julio, titular de Vivienda.

Tan austeras como el día de la boda serán las jornadas venideras. No es solo que la pareja haya renunciado a organizar la clásica luna de miel; es que mañana Chacón vuelve al tajo político. Concretamente, a las 9.30 de la mañana, iniciará en la Fira de Barcelona una jornada especial para ella, aunque no tanto como la de ayer: sus 400 compañeros del consejo nacional del PSC votarán su proclamación como cabeza de lista por Barcelona en las elecciones generales del 9 de marzo, de modo que compartirá cartel electoral con el propio Rodríguez Zapatero.