Era una firma histórica y el Gobierno italiano se volcó para no darle ni una oportunidad a la mala suerte. La ceremonia, que se emitió en directo en los países firmantes, estuvo dirigida por el veterano director italiano Franco Zeffirelli, realizador de más de 20 largometrajes, entre ellos Hamlet (1990) y Romeo y Julieta (1968).

La retransmisión fue visualmente muy agradecida gracias a la gran cantidad de monumentos y obras de arte, entre ellos, una estatua del papa Inocencio X. Frente a ella, los líderes europeos firmaron la Constitución con un bolígrafo de madera oscura y platino con una inscripción en latín.

Los escenarios de la ceremonia fueron adornados con 30.000 flores de Holanda. El glamour italiano estuvo presente en la moda y los coches: Valentino vistió a los ayudantes del acto y los líderes se desplazaron por Roma en vehículos Maserati.