Con la inestimable ayuda de Egipto, el presidente palestino, Yasir Arafat, y el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, alias Abu Mazen, se han reconciliado y han cerrado la crisis interna palestina que, junto a la dureza israelí en el asunto de la liberación de prisioneros, mantenía bloqueada la Hoja de ruta . Ayer, los dos líderes escenificaron su acuerdo reuniéndose en Ramala con el jefe de los servicios secretos egipcios, Omar Suleiman, entre sonrisas.

La reconciliación se gestó en una reunión el lunes por la noche. Según el acuerdo, Abu Mazen mantendrá su autoridad en las negociaciones con Israel --cuya estrategia fue duramente criticada por miembros de Al Fatah-- pero que la última palabra la tendrá un comité encargado de su seguimiento.

En este comité, liderado por Arafat, también estará presente el propio Abu Mazen y se ofrecerá al ministro de Finanzas, Salam Fayed, que se una a él. La otra cuestión que generó la crisis --limitar el poder del ministro para Asuntos de Seguridad, Mohammed Dahlan-- se solucionó con la creación de un comité de seguridad también dirigido por Arafat y formado por Abu Mazen y Dahlan.

CONCESIONES MUTUAS

Se pone fin así una crisis que se ha cerrado principalmente gracias a las concesiones de Arafat, ya que las competencias de los miembros del Gobierno de Abu Mazen en las negociaciones con Israel y en seguridad permanecen intactas. A cambio, Abu Mazen, que ha reiterado públicamente su fidelidad a Arafat, insistirá a Israel que levante el asedio del rais .

"Las tensiones entre Abu Mazen y Arafat son consecuencia de las prácticas israelís", declaró el presidente del Parlamento palestino, Ahmed Qurei, que, junto a Saeb Erekat, ha jugado el papel de intermediario para la reconciliación entre ambos líderes.

Cerrada la crisis, la ANP dedicará ahora sus esfuerzos a lograr que Israel cumpla sus compromisos, entre ellos, y sobre todo, la liberación de los presos. Abu Mazen y Sharon se reunirán a finales de esta semana o a principios de la próxima. Ayer, Suleiman presentó a la ANP un plan egipcio que tiene como objetivo presionar a Israel para que detenga la construcción de asentamientos, libere a los presos y reabra instituciones oficiales palestinas clausuradas.