Alemania y Francia conmemoran hoy en Berlín el 50 aniversario del Tratado del Elíseo que Konrad Adenauer y Charles de Gaulle firmaron el 22 de enero de 1963, que supuso la reconciliación de los dos países, menos de 20 años después del final de la segunda guerra mundial. Diputados del Bundestag y de la Asamblea Nacional Francesa celebrarán hoy martes, en el edificio del Reichstag, sede de la Cámara baja alemana, una sesión conjunta en la que están previstas las intervenciones de François Hollande y de Angela Merkel. Por la mañana, los dos Gobiernos se reunirán en la cancillería.

En un acto previo a los más solemnes previstos para hoy, martes, los dos mandatarios respondieron ayer lunes a las preguntas de unos 200 jóvenes franceses y alemanes, en un relajado debate que se desarrolló en la sede de la cancillería. Durante algo menos de hora y media, tanto Merkel como Hollande se esforzaron en apartar sus diferencias y se centraron en resaltar la importancia del tratado de amistad entre los dos países que sus predecesores, Adenauer y de Gaulle sellaron hace medio siglo. El presidente francés habló de la necesidad de emitir un mensaje de confianza a la juventud de los dos países y de toda Europa y aseguró que en unos momentos en los que estamos tan afectados por la crisis, “tenemos la obligación y sobre todo la voluntad de entendernos”.

Por su parte, la cancillera evocó el famoso discurso que De Gaulle dirigió a los jóvenes en la localidad de Ludwisburg durante su visita a Alemania en 1962, y manifestó que, sin el tratado de amistad que hoy cumple 50 años, la reunificación alemana no hubiera sido posible.

Varios jóvenes militares que asistieron al debate vestidos de uniforme, se interesaron por cuestiones de defensa y, en consecuencia, surgió el tema de la participación alemana en Malí. La cancillera justificó su discreto apoyo a la intervención francesa, por la escasa experiencia del ejército de su país en África, a diferencia de Francia, aunque no descartó incrementar su colaboración a la misión, que de momento se reduce al envío de dos aviones de transporte a la zona. Hollande no expresó ninguna queja al respecto pero se lamentó de que el proyecto de defensa común europea avanza muy lentamente.