Violentos combates estallaron ayer en la ciudad afgana de Herat, al oeste del país, entre milicias locales y fuerzas gubernamentales, después de que Mirwais Sadiq, ministro de Aviación Civil e hijo del todopoderoso gobernador local, Ismail Khan, muriera de forma violenta en circunstancias todavía por aclarar. Al menos un centenar de personas perdieron la vida en los enfrentamientos armados, al tiempo que el Gobierno de Kabul despachó de urgencia una delegación a Herat para poner orden y aclarar los hechos.

El presidente afgano, Hamid Karzai, se declaró "profundamente consternado" por la muerte de un miembro de su Gobierno. Un portavoz del gobernador de Herat se apresuró a responsabilizar del asesinato a Zahir Nayebzada, nombrado recientemente por Karzai comandante militar de la provincia, al que culpó de tender una emboscada a Sadiq. Nayebzada negó las acusaciones y dijo que fue el ministro asesinado quien inició la reyerta al irrumpir en su casa.

Una vez más, el delicado equilibrio entre los influyentes señores de la guerra locales y el Gobierno central queda en entredicho tras los sucesos de ayer.

Para intentar atajar la crisis, el presidente Karzai convocó de urgencia al Consejo de Seguridad Nacional.