Un grupo de hombres armados secuestró ayer en Bagdad a una periodista estadounidense y mató al traductor que le acompañaba, según dijeron fuentes policiales iraquís. Ambos viajaban en un vehículo por una calle del barrio de Al Adel, de población mayoritariamente suní, situado al oeste de la capital. El secuestro de la periodista--Gill Kelly, del diario Christian Science Monitor, según Efe-- se produjo mientras el ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, se entrevistaba en Bagdad con diferentes líderes políticos del país árabe.

Un portavoz del Ministerio de Defensa iraquí dijo que el traductor de la reportera, el iraquí Alen Gazi Chak, reveló antes de morir a los soldados que acudieron en su auxilio la nacionalidad de la periodista secuestrada. La Embajada de Estados Unidos en Irak informó, por su parte, de que estaba "investigando la desaparición de una periodista americana", sin precisar el nombre ni el medio para el que trabaja.

VERSIONES DIFERENTES Al parecer, cuando fue secuestrada, la periodista se dirigía a la sede del Congreso Nacional del Pueblo de Irak para entrevistar al veterano dirigente de este partido, el suní Adnan al Dulaimi. Un portavoz de la formación política negó, sin embargo, que el líder suní hubiera concertado una cita con la reportera.

El secuestro se produjo a escasos metros del local del partido. La fuerza política de Al Dulaimi concurrió a las elecciones legislativas celebradas el pasado mes de diciembre integrada en la gran coalición suní Frente del Acuerdo Iraquí, que, junto a otras formaciones laicas, cuestiona la limpieza de los comicios.

Ayer, en su viaje a Bagdad, el jefe de la diplomacia británica pidió a a estas formaciones que acepten los resultados de la urnas --que apuntan a una victoria de la coalición shií-- y cuyos datos definitivos se darán a conocer probablemente esta semana.

UNIDAD NACIONAL Straw también solicitó a los políticos iraquís un esfuerzo para conseguir formar un Gobierno de unidad nacional, al tiempo que anunció para los próximos meses el inicio gradual de la retirada de las tropas británicas desplazadas en el país: más de 8.000 hombres distribuidos en cuatro provincias del sur de Irak.

Straw matizó, sin embargo, que la salida de las primeras tropas del Reino Unido se hará efectiva siempre y cuando las fuerzas iraquís que las reemplacen estén preparadas para garantizar solas la seguridad.

Por su lado, The New York Times reveló ayer la existencia de contactos entre militares de EEUU y miembros de la resistencia iraquí. Según el rotativo, Washington desea aprovechar que estos grupos --formados por nacionalistas y seguidores de Sadam Husein-- se han desmarcado de las organizaciones armadas islamistas más radicales, como Al Qaeda en Irak, para convencerles de que abandonen las armas y se sumen al proceso político. Islamistas y grupos de la resistencia mantienen una pugna armada en algunas zonas de Irak, afirma el diario estadounidense.