Los expertos de la ONU llevaron a cabo ayer la inspección de un laboratorio de producción de vacunas para animales y de una fábrica de municiones en Irak, sin que aparentemente hallaran indicios de armas de destrucción masiva y sin que el régimen de Bagdad pusiera impedimentos. El Gobierno ruso saludó "la atmósfera de cooperación constructiva" entre el equipo de la ONU y las autoridades iraquís.

La fábrica de vacunas de Dora, construida en 1984 con colaboración francesa, ya fue destruida en 1996 por los inspectores de la desaparecida Comisión Especial de la ONU para el desarme iraquí, que decidieron eliminarla al considerar que podía utilizarse para producir armas biológicas.

MUESTRAS DE SUELO

Los técnicos se llevaron "muestras de suelo, árboles y otros materiales de la factoría" para analizarlos, según admitió Omar al Montaser, director de la empresa.

En estos momentos hay 17 inspectores de la ONU en Bagdad. Dentro de un mes, un centenar de inspectores desarrollarán su trabajo en Irak para determinar de una vez si el régimen de Sadam posee armas de destrucción masiva.

Según declaró un responsable iraquí bajo cobertura del anonimato, su Gobierno está "contento de la forma tranquila y sin provocaciones" con la que los expertos de las Naciones Unidas están desarrollando su trabajo.