Dos semanas después del peor accidente industrial de Bangladés, las víctimas han ascendido este miércoles a 803 muertos y 2.437 heridos, mientras sus familiares se afanan aún por hallar e identificar sus cuerpos, muchos de ellos en avanzado estado de descomposición.En las últimas horas, los equipos de rescate han recuperado otros 51 cadáveres entre los restos del edificio Rana Plaza, cerca de Dacca, que albergaba cinco fábricas textiles y se derrumbó como un castillo de naipes el 24 de abril, aplastando en su caída a centenares de trabajadores.

Según el informe oficial, hasta ahora han sido entregados a sus familias 580 cuerpos, mientras que el resto necesitan ser identificados y un número indeterminado se hallan todavía bajo los escombros.

El presidente de la Media Luna Roja local, M. S. Akbar, ha señalado a Efe que la labor de algunas organizaciones de ayuda se centra ahora en apoyar a los supervivientes y a las personas que "lloran por encontrar los cuerpos de sus familiares".

Requisitos de seguridad

Por su parte, el Gobierno bangladesí ha anunciado el cierre de 18 fábricas textiles del país por no cumplir los requisitos de seguridad. El ministro bangladesí de Textil y Yute, Abdul Latif Siddiqui, ha asegurado que no desean "otra derrota para la humanidad", así que se han tomado en serio "la seguridad de los trabajadores en sus lugares de trabajo siguiendo las directivas del presidente del Gobierno".

Bangladés sigue conmocionado por la catástrofe, que ha evidenciado las pésimas condiciones laborales y de seguridad que sufren los trabajadores del sector textil, que abastece a multinacionales occidentales y representa el 78% de las exportaciones. El sector cuenta con 5.400 fábricas y más de cuatro millones de trabajadores, la mayoría mujeres.

Las compañías internacionales Primark, El Corte Inglés, Bon Marche, Joe Fresh y Benetton han confirmado producir en alguna de las empresas locales implicadas en el siniestro de Dacca, y otras como Mango habían hecho pedidos de prueba en los talleres.