Decenas de barricadas, fogatas, cócteles molotov y el sonido de las escopetas que la Policía utiliza para disparar los cartuchos de gas lacrimógeno estremecen la noche del miércoles en la capital chilena, tras una larga jornada de protesta de los estudiantes.

Los jóvenes han levantado en esquinas estratégicas y cerca de los establecimientos educacionales, algunos de educación superior, fogatas inmensas hasta donde han llegado las fuerzas especiales de carabineros con el fin de apagar las llamas.

La acción de los estudiantes se produce horas después de haber finalizado una multitudinaria marcha a nivel nacional, acompañados de trabajadores, mineros y organizaciones sociales, en demanda de una mejor educación, gratuita y de calidad.

Además, los desórdenes ocurren a pocas horas de que la Policía entre en una veintena de colegios en la capital chilena que servirán de centro de votación en las elecciones primarias del próximo domingo y que se encuentran ocupados por los jóvenes que se niegan a dejarlos.

A pocas manzanas del Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo, unos 30 alumnos del Liceo Barros Borgoño incendiaron un microbús de la transporte colectivo.

Los manifestantes obligaron al chófer y a los pasajeros a descender de la máquina y comenzaron a lanzar botellas con gasolina hacia el interior del vehículo.

En la combativa Villa Francia, al suroeste del centro de Santiago, decenas de muchachos levantaron barricadas y se enfrentaron con la policía que debieron resguardar una bomba de gasolina que se encuentra en la zona y que ya una vez fue asaltada.

Carabineros dio cuenta también de varias barricadas en la circunvalación Américo Vespucio que circunda toda la capital chilena, de 6,2 millones de habitantes.

En Valparaíso, ciudad situada a unos 120 kilómetros al oeste de Santiago, también se repitieron situaciones similares a las ocurridas en Santiago.

A través de los medios de comunicación, padres y apoderados han hecho llamados a sus hijos a que depongan las ocupaciones de los colegios antes de que se haga efectivo el desalojo por parte de las fuerzas especiales de carabineros.

El desalojo fue ordenado por el Gobierno del presidente Sebastián Piñera tras reunirse con los altos mandos de carabineros.