El Gobierno británico cuenta desde ayer con un nuevo departamento, el Ministerio de Asuntos Constitucionales, que emprenderá una profunda reforma del poder judicial. Al frente de esta importante cartera, Tony Blair ha designado a uno de sus grandes amigos, el prestigioso jurista Charles Falconer, con el que el primer ministro compartió piso en sus años de soltero. Falconer tendrá, entre otras misiones, la de crear un Tribunal Supremo, similar al modelo de justicia en EEUU, que sustituirá al actual equipo que opera en la Cámara de los Lores. La remodelación ministerial fue sin embargo de menor calado que el esperado. Los ministros clave siguen en sus puestos.

Reid, otro fiel colaborador de Blair, es el nuevo ministro de Sanidad, tras la inesperada dimisión de Alan Milburn, el hombre considerado como la mano derecha de Blair y uno de sus potenciales sucesores.