Lo que permitió desbloquear las negociaciones del brexit la semana pasada fue una conversación privada entre el primer ministro británico, Boris Johnson, y su homólogo irlandés, Leo Varadkar. Lo que hablaron aquel día en el noreste de Inglaterra fue suficiente para convencer al francés Michel Barnier de que la voluntad de acuerdo era real.

Desde entonces, los equipos negociadores de Londres y Bruselas se han empleado a fondo para resolver los últimos obstáculos. A falta de algunos flecos, el texto legal está prácticamente cerrado aunque sigue sin estar claro sin el acuerdo será posible en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que arranca hoy en Bruselas.

«Estamos trabajando, estamos trabajando», indicó escuetamente el negociador europeo tras informar a los 27 embajadores permanentes de la UE (Coreper) a quienes informó de que todavía no hay un «texto legal definitivo» aunque «se ha avanzado mucho», según fuentes europeas. La conclusión, al igual que este pasado martes, es que el acuerdo, que mantendrá a Irlanda del norte en la unión aduanera británica pero aplicando las normas aduaneras europeas, está cerca aunque todavía no esta hecho y hay un elemento relativo al IVA que se resiste, según informaron fuentes diplomáticas. «Es necesario continuar trabajando», admitió uno de los diplomáticos a la salida de la reunión. «Ayer por la noche [por el martes] estaba dispuesto a apostar que todo estaba acordado, hoy hay algunas dudas de la parte británica», indicaba a primera hora de la tarde el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien confirmó que las «bases principales del acuerdo están listas».

agenda de la cumbre / Ante la incertidumbre, sin embargo, el dirigente polaco no ha enviado su carta de invitación a los líderes europeos detallando la agenda de la cumbre y en qué momento se discutirá sobre el brexit. Aunque el asunto debe abordarse en la primera sesión de trabajo de hoy algunas fuentes apuntan a la hipótesis de trasladarlo al viernes para dar margen para el acuerdo. «Quiero creer que se está finalizando un acuerdo y que podremos consagrarlo mañana», indicó con optimismo desde Toulouse el presidente francés, Emmanuel Macron. «Los ecos que tenemos son positivos», valoró tras su tradicional encuentro preparatorio Angela Merkel. «Creo cada vez más que lograremos este acuerdo. Estamos en el esprint final», ha asegurado la cancillera alemana, dispuesta también a respaldar un acuerdo político en el Consejo Europeo de este jueves y viernes en Bruselas.

FIN DE SEMANA INTENSO / Las negociaciones se intensificaron durante el pasado fin de semana, continuaron hasta la madrugada del martes y siguieron ayer con un ojo en Westminster. Cualquier acuerdo entre Londres y Bruselas no solo tiene que ser aprobado por el Parlamento Europeo, también tiene que pasar el filtro del Parlamento británico, que ya ha tumbado en tres ocasiones el acuerdo de divorcio. De ahí las dudas de muchos diplomáticos sobre lo que puede ocurrir en Westminster.

Hay tres posibles escenarios. El primero, el más ambicioso, que fuera posible lograr un acuerdo durante esta cumbre que permita tramitar con urgencia el divorcio y materializarlo antes del 31 de octubre. Si este primero no es posible, la segunda posibilidad para los líderes es constatar la existencia «de puntos de encuentro» que permitan seguir negociando en los próximos días. «Esto podría dar una señal positiva de que vamos en la buena dirección y que podemos llegar a un compromiso», señalaron.

En este caso, todo apunta a que los líderes tendrían que convocar una cumbre extraordinaria antes del 31 de octubre que haría inevitable una prórroga técnica para poder concluir el acuerdo de separación. El último escenario es un ruptura de las negociaciones que obligaría a Boris Johnson a pedir un aplazamiento más largo. «Prolongar por prolongar no tiene sentido. Si hay petición de extensión debe fundarse en justificación muy clara» como la celebración de elecciones anticipadas, según algunas fuentes.