Alberto González, el controvertido asesor legal de la Casa Blanca, reemplazará a John Ashcroft al frente del Departamento de Justicia, adelantaron ayer fuentes de la Administración de George Bush, pocas horas después de hacerse pública la dimisión del ultraconservador.

González, nacido hace 49 años en San Antonio (Tejas) de inmigrantes mexicanos, será el primero que ocupa el cargo de fiscal general, si su nombramiento es confirmado por el Senado, donde el partido de Bush sumó cuatro escaños más el 2-N. En esa cámara hay 55 republicanos contra 44 demócratas, una mayoría que permitirá la imposición de los nombramientos del presidente.

El nombre de Alberto González sonaba desde hacía tiempo como candidato a ocupar la primera vacante que se produjera en el Tribunal Supremo, y también entró en las quinielas para la esperada sustitución de Ashcroft. Su estrecha colaboración con Bush data de hace más de una década, ya que fue su asesor legal y su secretario de Estado cuando era gobernador de Tejas. También fue juez del Tribunal Supremo de ese estado.

ABOGADO DE ENRON Su historial profesional asegura un proceso de confirmación borrascoso, ya que la oposición demócrata cuestionará su trabajo como miembro de un bufete de Houston que representó a Enron, la empresa petrolera tejana que protagonizó en el 2001 la mayor quiebra de la historia de EEUU.

Más recientemente, el papel de González también fue polémico, por su ardiente defensa de la política de Bush de encarcelar a presuntos terroristas sin permitirles acceso a los tribunales ni derecho a la defensa legal, unas medidas rechazadas por el Tribunal Supremo. Además, fue el autor de un documento de febrero del 2002, en el que Bush se arrogaba el derecho a obviar en Irak los tratados internacionales que protegen a los prisioneros de guerra.