La creciente presión internacional para el cierre de la prisión establecida por Washington en la base de Guantánamo (Cuba) se deja sentir cada vez más sobre el presidente de EEUU, George Bush. Ayer, el dirigente republicano reconoció el daño a la imagen y prestigio de su país que causa mantener a casi medio millar de presos en esa cárcel, sin acceso a tribunales, y afirmó que "en algún momento estas personas serán juzgadas, dispondrán de abogado y estarán representados ante un tribunal".

Bush aprovechó la rueda de prensa convocada tras su viaje a Bagdad para reiterar su deseo de cerrar Guantánamo. "No hay duda de que la prisión proporciona una excusa para decir que EEUU no respeta los valores que anima a otros países a respetar", admitió, pero recalcó: "Nosotros somos un estado de derecho".

REPATRIACIONES POLEMICAS También reiteró que su Gobierno intenta repatriar a algunos de los 460 presos confinados en la cárcel cubana, algo que choca con dificultades, según dijo. "A veces nos critican por enviar a gente desde Guantánamo a sus países natales, por la naturaleza de esas naciones", afirmó.

Según datos del Pentágono, 287 de los presos que han pasado por Guantánamo han sido enviados a sus países. De ellos, 192 han sido liberados y 95 entregados a sus autoridades nacionales. Otras 460 personas siguen en la prisión, algunas hace más de tres años, sin haber sido acusados y sin acceso a los tribunales por ser considerados "combatientes enemigos" y no "prisioneros de guerra". Así, se les priva de los derechos garantizados en las Convención de Ginebra.

De estos 460 presos, solo 10 han sido seleccionados para ser juzgados por los tribunales militares creados especialmente para Guantánamo. Pero la legitimidad de estos tribunales está pendiente de la decisión del Tribunal Supremo en Washington, prevista para finales de este mes.

El clamor para el cierre de Guantánamo arreció el fin de semana, tras el suicidio de tres presos, dos saudís y un yemení. La UE, la Eurocámara, las principales organizaciones defensoras de los derechos humanos y destacadas personalidades, desde el secretario general de la ONU, Kofi Annan, hasta el expresidente de EEUU Jimmy Carter han pedido la clausura de la cárcel, donde se tortura a los presos, según denunció en mayo la comisión contra la tortura de la ONU.

LOS EXPERTOS DE LA ONU Cinco expertos en derechos humanos de la ONU engrosaron ayer la ya lista de voces que piden el cierre de la prisión y destacaron lo previsible que era el suicidio de algunos de sus presos, "en vista de las condiciones duras y prolongadas de su detención".

En Washington, el impacto de estos suicidios y del clamor por el trato de EEUU a los detenidos en prisiones como Guantánamo, forzó al Pentágono a decidir no mantener en secreto la nueva guía para el interrogatorio de presos que está preparando.

Alarmados por el efecto internacional ante la existencia de un manual secreto de interrogatorio de detenidos, algunos congresistas y el Departamento de Estado abogaron por la transparencia y por hacer pública esta guía cuando esté acabada.