No a las FARC". "No a los secuestros". "No a la violencia". Colombia despertó de la apatía. Una multitud sin precedentes salió a las calles vestida de blanco a pedir por la paz. Radio Caracol aseguró que fueron "millones de personas", aunque muy probablemente la cifra final de manifestantes se aproximara más a los centenares de miles. El río humano atravesó las ciudades de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y los demás centros urbanos.

"Este país ya no será igual", se dijo después de que 160 ciudades colombianas y del resto del mundo, de Londres a Tokio, pasando por Melbourne, Washington, Buenos Aires, Madrid y Barcelona, acudieran al llamamiento lanzado desde internet bajo la consigna un millón de voces contra las FARC . La movilización había sido convocada por un grupo de jóvenes a través de la página web Facebook y después de que se conocieran las lacerantes pruebas de vida de un grupo de cautivos de la guerrilla, entre ellos la excandidata presidencial Ingrid Betancourt. Lo que se inició como un llamamiento anónimo, ajeno a los partidos, adquirió dimensiones históricas, al ser asumido por los grandes medios de comunicación y la sociedad civil.

"ES MUY EMOCIONANTE "Estamos fascinados. Esto es muy emocionante. Creo que esta es la respuesta que se necesitaba. Ojalá que las FARC la escuchen", dijo Clara Rojas en la plaza Bolívar, uno de los principales centros neurálgicos de la marcha. "Y si hay que seguir haciendo marchas para que salgan todos los secuestrados allí estaremos", agregó esta madre de un hijo nacido en cautiverio y figura emblemática del drama.

Miles y miles de personas marcharon bajo el sol con sus camisetas blancas. "Colombia soy yo" se podía leer en la parte frontal. "No más secuestros, no más mentiras, no más muertes, no más FARC", rezaba en la espalda. Los comercios cerraron. Las oficinas públicas también. "Sabíamos que los colombianos nos acompañarían", dijo Cristina Lucena, de 24 años, estudiante en Bogotá y una de las seis organizadoras.

La enorme movilización estuvo precedida por una polémica sobre su alcance. El izquierdista Polo Democrático Alternativo, los principales sindicatos y parte de los familiares de los secuestrados salieron también a las calles, pero se abstuvieron de apuntar sus consignas contra la guerrilla. Se movilizaron solo a favor de un acuerdo humanitario, contra la guerra y los secuestros.

Según la fundación País Libre, en Colombia hay 3.200 secuestrados: 770 personas están en poder de las FARC, a la que la UE y EEUU consideran una organización terrorista. Otros 400 son retenidos por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y 250 los tienen grupos paramilitares. Los demás son rehenes de grupos de delincuentes comunes.

PRUEBA DEL RECHAZO Desde Valledupar, el presidente Alvaro Uribe aseguró que las protestas son una prueba del rechazo a la violencia de las FARC. Astrid Betancourt, hermana de Ingrid, acusó al presidente de manipular las movilizaciones. Uribe, denunció, "atiza la rabia, la cólera de los colombianos, sin proponer ninguna solución". La senadora de la oposición Pilar Córdoba, que acompaña a Hugo Chávez en su "gestión humanitaria", viajó a Caracas junto a los familiares de Gloria Polanco de Lozada, Luis Eladio Pérez y Orlando Beltrán Cuellar, los nuevos tres rehenes cuya liberación anunció las FARC el sábado.

En Venezuela, el ministro de la secretaría de la Presidencia, Jesse Chacón, informó de que se iniciaron los "contactos" con la guerrilla para recuperar a los tres rehenes en su poder.