Los líderes de la OTAN se comprometieron a incrementar sus aportaciones a la fuerza de estabilización de Afganistán, a mantener su esfuerzo a largo plazo y a "apoyarse en el reparto de la carga". Pero al margen de los 700 soldados franceses y del desplazamiento de fuerzas norteamericanas del este al sur, la OTAN no detalló nuevas aportaciones significativas de tropas.

El plan estratégico establece que la OTAN impedirá que "los extremistas y los terroristas, como los talibanes o Al Qaeda, retomen el control del país o lo conviertan en una base para terroristas". La OTAN asegura que "vigilará que se adopten todas las medidas para evitar que haya víctimas civiles" en las operaciones militares.

Los dirigentes acordaron aportar los medios para formar y equipar a un Ejército afgano eficaz que tenga 80.000 soldados en el 2010 para ir transfiriendo a esas tropas la responsabilidad de garantizar la seguridad y de luchar contra los talibanes.