Un desafiante Sadam Husein volvió a sentarse ayer en el banquillo de los acusados en el segundo proceso que se abre contra el dictador por crímenes contra la humanidad. Esta vez, el exmandatario iraquí debe responder por la matanza a finales de los años ochenta de decenas de miles de kurdos. Sadam es juzgado junto a seis de sus antiguos colaboradores, entre ellos su primo Ali Hasan alMajid, alias Alí, el químico .

El dictador no tardó en plantar cara al magistrado jefe, el chií Abdalá al-Ameri. Primero se negó a dar su nombre. "Todos los iraquís saben mi nombre y también todo el mundo", afirmó. Sadam volvió a presentarse como el "presidente de la República de Irak". Tras calificar de "ilegal" al tribunal, optó por guardar silencio cuando el juez le preguntó si se consideraba culpable o inocente de los cargos que se le imputan.

La fiscalía, que le acusa de genocidio, sostiene que el dictador ordenó la operación Al- Anfal, "botín de guerra" en árabe, en la que el Ejército del régimen, bajo el mando de Alí, el químico , masacró durante siete meses a más de cien mil civiles kurdos. En la operación, iniciada en febrero de 1988, a finales de la guerra entre Irak e Irán, los militares utilizaron armas químicas.

"Miles de pueblos fueron arrasados. Los niños separados de sus padres, las mujeres encarceladas, violadas y torturadas", dijo en la sesión de ayer el fiscal, Munkithe al-Farun. El letrado mostró la foto de una fosa común en la que aparecía el cadáver de un bebé junto a un biberón.

APOYO A IRAN Un informe de la ONG Human Rights Watch recoge una grabación efectuada durante la operación Al-Anfal en la que Alí, el químico afirmaba: "¡Los voy a matar a todos con armas químicas! ¿Quién va a decir algo? ¿La comunidad internacional? ¡Que les jodan, a la comunidad internacional y a los que la escuchan!".