El presidente ruso, Vladimir Putin, ya lanzó un desafío a Occidente el pasado 14 de julio, cuando decretó la suspensión del Tratado sobre las Fuerzas Convencionales en Europa (CFE), que limitaba la concentración de armamento pesado en la parte europea de Rusia. La medida fue la respuesta de Moscú al proyecto del escudo antimisiles de Estados Unidos.