Y con su disfraz llegó el escándalo. Las británicas Amber Langford y Annie Collinge, ambas de 19 años, ganaron el concurso de disfraces y un premio de 150 libras esterlinas en el club nocturno de Chester Rosies por su apuesta original. El local ha conseguido tras una simple noche de fiesta ser el centro de un desagradable terremoto en los medios de comunicación del mundo anglosajón. La culpa, el desafortunado y premiado disfraz elegido por Langford y Collinge, nada menos que iban de torres gemelas tras el atentado del 11-S.

Recordar que el 11-S supuso nada más y nada menos que la ola de atentados terroristas más sangrienta de la historia. La red yihadista Al Qaeda secuestró aviones de línea regular para utilizarlos como bombas volantes contra varios objetivos. Causaron la muerte a cerca de 3.000 personas y heridas a otras 6.000, así como la destrucción del entorno del World Trade Center de Nueva York y graves daños en el Pentágono, en el Estado de Virginia. El atentado de las Torres Gemelas, el disfraz elegido, fue el inicio de una era de terror terrorista que precedería a la guerra de Afganistán y a la adopción por el Gobierno estadounidense y los aliados de la estrategia denominada guerra contra el terrorismo, con el recorte de libertades de tránstito de personas en todo el mundo.

La noticia del disfraz, las fotos y el hecho en si han desatado la protesta de los familiares de las víctimas del 11-S en EEUU, pero también en Gran Bretaña. Según testimonios publicados por 'Daily Mail', Patricia Bingley, de 79 años , cuyo hijo de 43 años de edad, Kevin Dennis murió en los atentados, aseguró: "Es difícil de entender de dónde han salido estas chicas para hacer esto".

Langford estudia biología y Collinge ciminología. Sus disfraces eran las torres gemelas envueltas en llamas y las víctimas saltando de las ventanas. Ambas llevaban sombreros cubiertos con los restos de los aviones y la bandera de EEUU. Para colmo, una de ellas es hija de un piloto de aviones comerciales que el día del atentado sobrevoló la ciudad de Nueva York.

Excusas

Las reacciones contra los disfraces también se han registrado en las redes sociales. En la página de Facebook alguien escribió: "Ni siquiera en Halloween se puede aceptar. Fue una broma de mal gusto". Langford y Collinge, en el centro de todas las críticas han tenido que hacer un comunicado público tras la oleada de quejas: "Nunca quisimos ser ofensivas, pero pedimos disculpas si hemos causado daño con nuestro disfraz. La idea era representar el horror causado por el atentado a nuestras vidas y no fue pensado como una broma". Un portavoz de la compañía Stonegate Pub, que gestiona Rosies, reconoció la preocupación por el revuelo y admitió que "hubo un grave error de juicio" a la hora de entregar el premio, por lo que también han pedido disculpas.