Ariel Sharon mostró de nuevo ayer su brazo de hierro. El primer ministro israelí ordenó una ofensiva "sin restricciones" contra las facciones armadas palestinas, "sus infraestructuras y sus escondites". Su objetivo es acabar con el lanzamiento de cohetes Qassam sobre las ciudades israelís. En la madrugada del domingo, el Ejército israelí arrestó a más de 200 palestinos en Cisjordania, supuestamente militantes de Hamás y a la Yihad Islámica, y ayer por la tarde, después de la reanudación oficial de los asesinatos selectivos, un misil impactó en un vehículo en Gaza. Como consecuencia, un alto cargo y dos miembros de la Yihad Islámica murieron.

Sharon hizo esta exhibición de fuerza un día antes de que, hoy, el comité central de su partido, el Likud, decida si adelanta la fecha de las primarias para elegir al candidato del partido conservador. Esta maniobra de adelantar la consulta tiene como objeto castigar al primer ministro por sus "concesiones" en la retirada de Gaza, dicen sus adversarios, entre ellos el exprimer ministro Binyamin Netanyahu, a quien las encuestas dan ganador por un estrecho margen.

Entre la masiva redada de la madrugada del domingo, el Ejército israelí detuvo a Hasán Yusef y Mohamed Ghazi, dos de los líderes más veteranos de Hamás.

En el otro extremo de los territorios ocupados, mientras, seguía la operación Primera Lluvia que, en palabras de Sharon, no es una acción pasajera sino una política para "acabar con todo el terrorismo contra Israel". La operación incluye, según indicaron fuentes de la seguridad, una posible invasión terrestre. Varios misiles lanzados desde el aire destruyeron en Gaza un colegio y tres almacenes de armas. Las deflagraciones dejaron 19 heridos y daños materiales.

El Gobierno israelí dice que la escuela servía para reclutar militantes de la organización Hamás, que anoche decretó el final del lanzamiento de proyectiles contra Israel.

Algunos analistas creen que la dureza de la ofensiva ordenada por el primer ministro está ligada a su necesidad de ganar apoyos entre los indecisos ante la posibilidad de que su partido adelante las primarias.

"ES INACEPTABLE" Para Hanán Ashraui, antigua portavoz de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), la ofensiva es "inaceptable" y "muy inoportuna". Según ella, no tiene relación con los asuntos internos del Likud y sí con un plan previo que ha utilizado los ataques de Hamás como "excusa".

Consultada por este diario sobre las preferencias de Hamás a la cabeza del Likud, Ashraui respondió: "Probablemente el grupo radical quiere al candidato más extremista, porque hablan el mismo lenguaje".