En el año 2007, Bill Clinton ofreció 54 discursos en diferentes partes del mundo, lo que equivalió a unos ingresos de 10,1 millones de dólares (8 millones de euros). Desde que en 1998 el expresidente creó su fundación, ha recaudado 500 millones de dólares (397 millones de euros). Entre sus donantes, se encuentran miembros de las familias reales y los gobiernos de Arabia Saudí, Marruecos, los Emiratos Arabes Unidos, Kuwait y Qatar. Este tipo de financiación es la que está investigando el equipo de Barack Obama en busca de posibles conflictos de intereses en caso de que Hillary Clinton acabe siendo la secretaria de Estado.

Desde que abandonó la presidencia, Clinton se ha embarcado en una actividad de conferenciante, asesor de empresas y particulares y su fundación. Con el dinero recaudado, construyó su biblioteca presidencial en Arkansas y puso en marcha la Iniciativa Global Clinton, que tiene un papel muy activo en la lucha por erradicar el sida en Africa.

POSIBLE INCOMPATIBILIDAD El problema que quiere evitar el equipo de Obama es que esta vinculación del expresidente con fuentes de financiación extranjera pueda generar incompatibilidades en caso de que su esposa sea la jefa de la diplomacia estadounidense. Por ley, Clinton no está obligado a desvelar la identidad de sus donantes, por lo que fuentes del equipo de Obama confiesan la dificultad de esta investigación. Al margen, por supuesto, de la propia (y fuerte) personalidad de Bill y de que desde el pulso de las primarias las relaciones entre Obama y el expresidente son correctas pero no cordiales. Pero estas dudas han servido para enfriar un poco la posibilidad de Hillary sea secretaria de Estado.

Aun así, sigue siendo la favorita, algo que entre comentaristas y en la blogosfera más izquierdista no sienta muy bien. La exprimera dama es una de los halcones en política internacional del Partido Demócrata, que votó a favor de la guerra de Irak y que acusó a Obama de ser "inexperto" en seguridad nacional.