El Gobierno ha trasladado hoy al pueblo alemán "su enérgica condena y repulsa" tras el tiroteo protagonizado por un germano-iraní de 18 años que ayer finalizó con diez muertos -entre ellos, el agresor- y 21 heridos, algunos en estado grave, en la ciudad alemana de Múnich.

En un comunicado, el Ejecutivo "reitera el máximo apoyo y colaboración" al Gobierno y autoridades alemanas en la lucha contra la violencia y en favor de la democracia y libertad.

Y desea transmitir "todo su afecto y cercanía" al pueblo alemán y, en particular, a los habitantes de Múnich, "que han sufrido la sinrazón de un acto cobarde y criminal que ha costado la vida a numerosas personas dejado un importante número de heridos cuya recuperación pronta deseamos".

El tiroteo, protagonizado por un germano-iraní de 18 años, sin antecedentes penales y residente en Múnich, hizo activar la alarma antiterrorista en la capital de Baviera.

El cuerpo del joven, que usó una pistola, fue hallado en una calle aledaña del centro comercial donde se produjo el tiroteo, con signos claros de suicidio, informó en rueda de prensa el jefe de la Policía muniquesa, Hubertus Andrä, para añadir que se desconocen totalmente los motivos de su ataque.

Además de los nueve muertos en el tiroteo, hubo 21 heridos de diversa consideración, entre ellos algunos niños; 16 siguen ingresados y tres están en estado grave.