España se aisló ayer del desarrollo de la nueva Europa de la defensa al rechazar participar en el nuevo mercado común del armamento. La iniciativa tiene como objetivo fortalecer la industria europea para afianzar la autonomía militar del continente, reforzar su capacidad tecnológica y mejorar su competitividad internacional. Es la primera vez que España se excluye de una política de integración europea desde su adhesión a la UE.

España anunció en el Consejo de Ministros de Exteriores y de Defensa de la UE que no se integrará en ese mercado común del armamento, que entrará en funcionamiento el 1 de julio, porque eso podría comprometer la supervivencia de las industrias españolas de defensa. Sin embargo, fuentes del Consejo de la UE atribuyeron la negativa de España a integrarse en el mercado europeo de defensa a la enorme dependencia de su industria militar de Estados Unidos.

El Consejo de Ministros de la UE aprobó por unanimidad el código de conducta sobre suministros militares, que creará ese mercado común del armamento al abrir a la competencia de los demás países comunitarios los pedidos de modernización de las Fuerzas Armadas de los estados miembros. Actualmente, el 75% de los pedidos escapan a la competencia en un mercado fragmentado y ultraprotegido.

CARACTER VOLUNTARIO España respaldó la adopción del código de conducta. Pero, como tiene carácter voluntario, explicó que no se integrará en el mismo. España fue el único país de la UE que anunció su intención de quedarse al margen de la aplicación del acuerdo.

El secretario de Estado de Defensa, Francisco Pardo, explicó que España "no se opone" a la creación del mercado común de la defensa, pero que el marco previsto puede perjudicar a la industria nacional, que carece del tamaño para competir como contratista principal en los grandes pedidos.