Un atentado terrorista volvió a sacudir ayer los cimientos de la frágil política libanesa. El ataque, cometido con un coche bomba en Beirut, tuvo como blanco a un alto cargo de la policía, el capitán Wisan Eid, que murió en el acto junto a otras tres personas, entre ellas uno de sus guardaespaldas. La explosión dejó además unos cuarentena heridos. El jefe policial formaba parte de una unidad del espionaje que investiga el asesinato del exprimer ministro libanés Rafiq Hariri, muerto hace tres años en un atentado.

La explosión se produjo por la mañana, al paso del convoy en el que viajaba Eid por un puente del barrio de Hazmiya, de población mayoritariamente cristiana y situado al este de la capital. La onda expansiva de la explosión afectó a una docena de vehículos más que quedaron carbonizados. El jefe policial volvía a su casa después de haber participado en una reunión con la comisión de la ONU que investiga el asesinato de Hariri.

A Eid se le considerada muy próximo al hijo del exprimer ministro, Saad, cuyo partido forma parte del actual Gobierno de coalición antisirio, dirigido por Fuad Siniora. El bloque antisirio acusa a Damasco de estar detrás de la muerte del antiguo jefe del Ejecutivo y de los sucesivos atentados que han sacudido el país a lo largo de los tres últimos años.

CONDENA SIRIA El régimen sirio, que siempre ha negado las acusaciones, emitió ayer un comunicado condenando el atentado. "Reafirmamos nuestro apoyo a la seguridad y estabilidad del Líbano", reza el comunicado hecho público por Sana, la agencia oficial de noticias Siria. Damasco atribuyó el atentado de ayer a los "enemigos del Líbano". Es la tercera vez que Eid es blanco de un ataque terrorista. En los otros dos salió ileso.

El atentado complica todavía más la complicada situación en el país mediterráneo. Desde que el pasado mes de noviembre expiró el mandato del entonces presidente del país, Emile Lahud, el sillón presidencial se mantiene todavía vacante. Las fuerzas pro y antisirias alcanzaron un acuerdo de mínimos para que el sustituto fuera el general Michel Suleiman, máximo responsable del Ejército libanés. Sin embargo, hasta ahora han sido incapaces de llegar a consensuar la formación del futuro Gobierno de unidad nacional.