El Foro Social Mundial concentró ayer sus huestes en Bombay (más de 75.000 participantes de 2.500 organizaciones) y se arriesgó a abandonar por primera vez el tradicional escenario de Porto Alegre, en Brasil, para exportar la protesta antimundialización más allá de América Latina. Los debates en Bombay se prolongarán hasta el miércoles, cuando se iniciará en Suiza el archirrival Foro Económico Mundial de Davos.

Con la voluntad de internacionalizar la protesta antimundialización, el cuarto Foro Social, además de las ya tradicionales cuestiones como la lucha contra el neoliberalismo encarnado por Davos, ha incluido entre sus temas estrella "el combate contra el imperialismo americano y la ocupación de Irak" y la denuncia contra el sistema de castas de la India. Para granjearse el apoyo de Asia, que se había mostrado remisa a incorporarse a la antimundialización, los principales impulsores del foro, nacido con un claro carácter latinoamericano, han optado por incorporar al debate el tema tabú de los derechos de los intocables, la casta más desheredada de la India.

RIESGOS NECESARIOS En un artículo de Bernard Cassen, presidente de la Asociación para la Tasación de las Transacciones Financieras (ATTAC), este intelectual fundador del foro alerta de que el traslado a Bombay supone un "riesgo necesario" para el movimiento, que "debe abrir sus fronteras hacia el continente asiático, donde las injusticias sociales son similares y crecientes".

Así, mientras en las calles de Bombay millar y medio de intocables clamaban porque --parafraseando el lema de la altermundialización-- "otro mundo es posible para los oprimidos", desde la tribuna del foro una de las figuras más rutilantes de la antimundialización, el líder campesino francés José Bové, arremetía contra el Gobierno indio por no haber hecho nada en favor de las clases más desfavorecidas. Bové declaró, en un intento por atraerse a los movimientos alternativos asiáticos, que "en la India la situación de las castas es insoportable porque mantiene a la gente en situaciones inamovibles de las que jamás podrá salir".

La maniobra de exportar el foro a la India ha comportado que de los 75.000 asistentes, apenas unos 5.000 sean de América Latina. También la responsabilidad de la organización se ha transferido a los movimientos asiáticos que han preparado la mitad de los actos. La mayoría de participantes, unos 41.000, son indios. Asisten grandes personalidades, entre ellas la premio Nobel de la Paz, la iraní Shirin Ebadi.