La ofensiva militar mauritana contra los terroristas de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) en el norte de Malí acabó ayer en fiasco. Un avión civil fletado por el Gobierno de Mohamed Ould Abdelaziz recogió anoche, a unos 100 kilómetros de la ciudad de Tombuctú, a más de una veintena de heridos y, al menos, 37 muertos que fueron trasladados hasta la capital, Nuackchot. "Ha sido un auténtico desastre. El Ejército mauritano no se puede permitir intervenir en otro país para atacar terroristas con los precarios medios que cuenta", aseguraron fuentes próximas al Gobierno mauritano.

En los combates, que se iniciaron el jueves, también cayeron una docena de miembros de AQMI, pero la organización terrorista logró apropiarse de al menos 13 vehículos de los militares mauritanos abatidos. "No podemos declarar una guerra a una organización mejor estructurada y preparada. Es un día negro para Mauritania y los mauritanos", se lamentaron las fuentes consultadas. Fuentes oficiales mauritanas rebatieron, sin embargo, que la nueva ofensiva llevaba "varias semanas preparándose". El Gobierno francés se desvinculó del ataque y precisó que no hay fuerzas francesas en el campo de batalla. París descartó una relación de la ofensiva con los secuestros de los siete rehenes en Níger, cinco de ellos franceses. Fuentes militares mauritanas indicaron que los dos batallones del Ejército y la unidad de la Guardia Presidencial enviados anoche con carácter de urgencia para apoyar la operación contra AQMI se replegaron.

El Ejército mauritano es frágil y no cuenta con suficientes medios para afrontar el envite yihadista . Es por esto que no resultó efectiva la búsqueda en el desierto del Sahel de los tres cooperantes españoles secuestrados.