El Gobierno de José María Aznar, uno de los principales aliados de Estados Unidos en la guerra contra Irak, ha ordenado la retirada "temporal" de la mayor parte de los funcionarios de la Embajada de España en Bagdad. También ha decidido el regreso de los 15 expertos civiles españoles que participan en la Autoridad Provisional de la Coalición (APC), liderada por Washington.

El repliegue por partida doble trascendió ayer en medio de explicaciones oficiales confusas sobre las razones de la medida, que ha provocado la sorpresa internacional por evidenciar signos de vacilación en uno de los socios más firmes de Washington. El presidente Aznar afirmó desde Berlín que no era una "evacuación", sino un "intercambio de consultas con los expertos y con parte del personal diplomático". "Se trata de evaluar la situación con ellos y, en su caso, tomar las decisiones oportunas", dijo.

"RAMADAN COMPLICADO"

La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, que también se encontraba en Berlín con ocasión de la 18 cumbre hispano-alemana, calificó, sin embargo, de "retirada temporal" la salida de diplomáticos y la atribuyó al "momento complicado" que atraviesa Irak. "El Ramadán es una época muy complicada", dijo.

Tras destacar la situación de peligro en Irak, Palacio añadió que los funcionarios dependientes de su departamento volverán "enseguida" a sus puestos de trabajo. Un portavoz de Exteriores aseguró que el regreso se producirá una vez se traslade la actual sede de la embajada a un edificio próximo a la residencia del embajador, de modo que el personal quede concentrado en un área reducida y se facilite su seguridad.

El agrupamiento del personal, anunciado ayer por Exteriores, ha sido reclamado con insistencia por los agentes policiales destinados en Irak, sin que hasta el momento se les hubiera prestado atención. Las fuerzas de seguridad también han criticado en reiteradas ocasiones la falta de medios para garantizar su misión.

Según los datos oficiales, aproximadamente unos 10 funcionarios de la embajada han sido trasladados a Ammán, capital de Jordania, mientras que en la embajada permanecen el encargado de negocios y responsable de la legación, Eduardo de Quesada; el número dos, Pablo Rupérez, y dos agentes de los Grupos Especiales Operativos (GEO).