Los estudiantes franceses realizaron ayer una nueva demostración de fuerza en el pulso que les enfrenta al Gobierno por el contrato de primer empleo (CPE). Unas 450.000 personas se manifestaron en todo el país en las marchas convocadas, que derivaron en violentos enfrentamientos. Hubo 420 detenidos y 60 heridos, más que en ningún otro día, y en París grupos de violentos agredieron a los equipos de televisión de Tele 5 y TV-3. La crispación de la protesta coincidió con una oferta de diálogo del primer ministro, Dominique de Villepin, a los sindicatos, con los que se reunirá hoy.

Al término de la marcha en la capital francesa, y como ya es habitual desde el comienzo de la crisis, un grupo de 200 jóvenes radicales ajenos a las manifestaciones buscaron el enfrentamiento con la policía.

ROBO DE MOVILES Y CAMARAS Los agitadores también prendieron fuego a una tienda y agredieron a algunos manifestantes para robarles los teléfonos móviles. Los altercados se repitieron en Marsella y Rennes, así como en los institutos de la región parisina. En Tours, unos 600 jóvenes ocuparon las vías de la estación de tren durante dos horas.

La jornada más violenta desde que empezó la crisis coincidió con la oferta de diálogo de Villepin, que envió una carta a los sindicatos para citarles. Los líderes sindicales aceptaron ver a Villepin --que dijo querer reunirse con ellos "lo antes posible"--.