Kirkcaldy es una ciudad costera del cinturón industrial de Escocia, que presume de tener un hijo predilecto: el economista y filósofo Adam Smith, nacido aquí en 1723. Un icono conservador en tierra laborista. Sin embargo, Kirkcaldy también tiene otro hijo ilustre, el que en cuestión de poco tiempo va a convertirse en el nuevo primer ministro británico: Gordon Brown.

Aunque nacido en Glasgow, Brown se trasladó a vivir a Kirkcaldy cuando tenía 3 años y por esta circunscripción se presenta en cada elección como diputado al Parlamento de Westminster. Sin embargo, el que va a ocupar en breve el número 10 de Downing Street suscita la indiferencia de sus paisanos.

Paro del 15%

"¿Nos va a cambiar algo?", se pregunta Mark Prezli-Leigh, de 23 años. Y es que el ciclón que amenaza con llevar a los laboristas a su peor resultado electoral en más de 20 años también ha llegado a este rincón de la región central de Escocia. Kirkcaldy y su área de influencia, que un día albergó una de las flotas pesqueras más importantes del país y una pujante industria del carbón, registran hoy unas cifras de paro que rondan el 15%, mucho más altas que en el resto del país (5%).

Hace 60 años que un conservador no gana en esta circunscripción. La laborista Marilyn Livingstone aspira a ser reelegida y, así, poder salvar el honor de Brown en su propia casa. Pero Livingstone sabe que le será muy difícil repetir el 44,64% de los votos logrados en el 2003. El descontento con los laboristas es visible en la calle. James Mitchell, agricultor, es uno de los que no la volverá a votar. "¿Independencia? No. No quiero la independencia. Solo un cambio de política".