El Ejército de Irak confirmó ayer al menos tres militares, dos policías y un civil muertos en los ataques efectuados la madrugada del jueves al viernes por Estados Unidos en varias zonas del país contra la milicia iraquí Kataib Hezbolá, unos bombardeos que el Gobierno y los militares iraquíes describieron como «traicioneros» y una «violación del principio de asociación» entre ambos países.

EEUU, por su parte, señaló que los ataques eran «operaciones defensivas» contra la milicia chií en respuesta al ataque con proyectiles contra una base de Irak con tropas de la coalición, que se saldó con la muerte de dos estadounidenses y un británico. El Departamento de Defensa calificó los bombardeos como «proporcionales y de respuesta directa a la amenaza planteada por los grupos de milicias chiíes respaldadas por Irán que continúan atacando bases que albergan fuerzas de la coalición internacional contra Estado Islámico».

Irak constató que los bombardeos se concentraron en la provincia de Babilonia, concretamente en Jurf Al Nasr, Al Saidat y Behbehani, así como en instalaciones de Al Ashter, y en las obras del aeropuerto de Kerbala, situado en la carretera que une la ciudad santa con Nayaf.

El Ejército iraquí desmintió que los ataques alcanzaran a las milicias. En su lugar, denunció que, bajo este «falso pretexto», resultaron alcanzadas las unidades del Ejército iraquí de la 19ª división y la sede de la 46ª Brigada de las fuerzas paramilitares chiíes conocidas como las Fuerzas de Movilización Popular, así como el Regimiento de Policía de Babilonia.

Los tres militares fallecieron en el bombardeo contra la 19ª división, en el que resultaron heridos otros cuatro soldados. Los dos policías fallecieron en el ataque contra el regimiento de Policía, donde otros dos agentes resultaron heridos. Se tiene constancia además de cinco milicianos de las FMP heridos y un civil muerto en el aeropuerto de Kerbala.

VIOLACIÓN DE SOBERANÍA / El Gobierno iraquí reaccionó a los ataques con una declaración de condena y la convocatoria de los embajadores de Estados Unidos y Reino Unido en el país para protestar contra un ataque que describió como una violación de su soberanía. «Las continuas violaciones contra el Estado son un debilitamiento sistemático y peligroso tanto de sus capacidades como de su prestigio, que ocurren en una etapa en la que Irak se enfrenta a desafíos graves y sin precedentes, política, económica y financieramente, seguridad y salud», según un comunicado de Presidencia recogido por la agencia de noticias iraquí Nina.

«Hay que evitar que Irak se convierta en un campo de batalla para terceros, y centrarse en terminar con la victoria sobre el terrorismo desde el respeto a la soberanía e independencia nacionales», concluye el comunicado.

En este sentido, el Ministerio de Exteriores iraquí condeno este «acto hostil» y adelantó que Bagdad presentará una queja ante Naciones Unidas por el bombardeo estadounidense. «Irak presentará una queja con dos cartas idénticas a la ONU y el Consejo de Seguridad (del organismo internacional) sobre la agresión de las fuerzas estadounidneses contra sedes gubernamentales», dijo. El portavoz del Ministerio, Ahmed al Sahaf, recalcó además que el ataque es «una violación de la soberanía» y afirmó que «socava los esfuerzos antiterroristas y golpea el acuerdo entre Irak y la coalición internacional».

Los incidentes comenzaron por la muerte de Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, en un bombardeo de EEUU.