Israel ha logrado controlar los principales focos del peor incendio forestal que ha vivido el país en toda su historia y que ha causado 41 muertos y obligado a evacuar a 17.000 personas. El fuego ha devastado el monte Carmelo, un escenario bíblico y lugar turístico.

Los fallecidos eran turistas que viajaban en un autocar por la zona cuando quedaron atrapados en una carretera al caer un árbol y verse rodeados por las llamas. El fuego ha arrasado 5.000 hectáreas con cinco millones de árboles, según datos del Fondo Nacional Judío.

Bomberos, voluntarios y ayuda internacional desde el aire, en especial un Boeing 747, conocido como Supertanker, alquilado por el Gobierno israelí a una compañía estadounidense, que han permitido poner coto a las llamas después de más de cuatro días de fuego. El avión es una aeronave comercial reconvertida en apagafuegos que puede transportar 76.000 litros de agua (16 veces más que un avión contraincendios normal) y trabajar de noche. Los equipos de emergencias esperan también la lluvia que anuncian para esta noche las previsiones meteorológicas.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha ordenado la suspensión de la llegada de nuevas misiones internacionales para sumarse a las labores de extinción. El premier, que ha celebrado el consejo de ministros en Tirat Carmel, una ciudad situada cerca del lugar del incendio, ha aprobado un paquete urgente de medidas para rehabilitar y compensar a las comunidades afectadas por el siniestro, que incluye 60 millones de shékels (12,37 millones de euros) para los concejos locales.

AYUDA INTERNACIONAL

La solidaridad internacional ha funcionado a pleno rendimiento. En total, 19 aviones y helicópteros contra incendios y seis helicópteros de transporte de España, Grecia, Bulgaria, Chipre, Rusia (concretamente un hidroavión con capacidad para 42.000 litros), Gran Bretaña, Francia, Italia y Suiza trabajan para reducir las llamas.

Incluso, 20 bomberos palestinos han llegado en tres camiones y un equipo de logística para participar en las operaciones. Y Turquía, aún en pleno contencioso por las víctimas turcas en el asalto a la flotilla propalestina el pasado verano, también ha enviado un equipo.

Supertanker ha rociado en múltiples viajes un líquido químico de color rojo especializado en apagar incendios, y que resulta altamente tóxico, por lo que la población ha sido llamada a permanecer en sus hogares.

La investigación inicial apunta a un caso de negligencia por parte de dos hermanos menores del poblado druso de Usfiya, que se encuentran bajo arresto domiciliario.