Como dijo ayer Saeb Erekat, el responsable palestino para las negociaciones de paz, Israel parece empeñado en boicotear todos los esfuerzos de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para restaurar la tregua entre las milicias armadas. Ayer, en un nuevo bombardeo aéreo del Ejército israelí sobre el norte de Gaza, un misil mató a un dirigente de las Brigadas de Al Aqsa y a un comandante del brazo militar de Hamás.

El proyectil pulverizó el vehículo en el que viajaban por el campo de refugiados de Yabalia. Nueve personas que se encontraban cerca resultaron heridas, según fuentes médicas. Con estas dos muertes, ya son 15 los palestinos abatidos desde el comienzo de la operación militar de represalia por el atentado suicida de Hadera.

El cerco de las facciones palestinas también continuó en Cisjordania. Tanques y helicópteros israelís entraron en la ciudad de Yenín, donde de madrugada el Ejército arrestó a 12 supuestos militantes de la Yihad Islámica.

En este clima bélico, una buena noticia para la ANP. A falta de los últimos detalles, el Gobierno israelí refrendó el pacto alcanzado la semana pasada en Egipto para reabrir la frontera de Rafá que comunica Gaza con Egipto.