Nuevas capacidades para nuevos desafíos de seguridad. El Gobierno de Japón desveló ayer una amplia revisión de su política de Defensa con el objetivo de contar con una mayor flexibilidad y concentrar sus capacidades en las dos principales fuentes de preocupación para el país: las ambiciones nucleares de Corea del Norte y el creciente poderío del Ejército chino.

La Guía del Programa de Defensa Nacional, aprobada por el Ejecutivo del primer ministro japonés, Naoto Kan, fija un presupuesto de 23,4 billones de yenes para gastos de Defensa para los próximos cinco años a partir del mes de abril, una reducción del 3% respecto al quinquenio anterior, debido a que la deuda pública japonesa equivale ya a dos veces el PIB. No levanta la prohibición a las exportaciones de armas, pero dio luz verde a las joint ventures con empresas de material militar de otros países.

Para hacer realidad el aumento de la capacidad militar japonesa, el plan prevé un trasvase de recursos del Ejército de Tierra a las Fuerzas Aéreas y a la Marina.