Las contundentes reformas anunciadas el lunes por Nicolas Sarkozy para combatir la delincuencia sexual, especialmente en el caso de los reincidentes, han provocado una encendida polémica en Francia. Las dos principales asociaciones de jueces abrieron ayer el debate en torno a la efectividad de las medidas más allá de su impacto mediático. Los magistrados criticaron que el endurecimiento de la ley proclamado por el presidente francés no haya previsto un seguimiento de los delincuentes durante su estancia en prisión, además de lamentar que no se haya abordado "la falta terrible de medios durante el periodo de cárcel".

Mientras se sucedían los interrogantes sobre cómo tratar los casos de pedofilia y se ponían al descubierto las lagunas del sistema, los franceses asistían atónitos a nuevas revelaciones sobre el escándalo del pedófilo que violó a un niño de cinco años poco después de salir de la prisión tras haber cumplido una condena por abusos sexuales. El drama del pequeño Enis, que ha llevado al presidente a anunciar medidas como la castración química y la creación de un hospital para internar a los pedófilos tras cumplir su pena, ha sacado a la luz un caso clínico digno de un thriller de terror. El diario Le Parisien reveló que el pedófilo reincidente, Francis Evrard, ha confesado a la policía haber cometido abusos sexuales con 40 niños. Hasta ahora solo había sido condenado por tres casos.

LA RECETA DE VIAGRA Otro de los aspectos más impactantes ha sido el descubrimiento de que el médico que recetó viagra al pedófilo un mes antes de su liberación desconocía el historial clínico del preso, ya que, jurídicamente, los facultativos que atienden en la prisión no tienen derecho a acceder a este tipo de información. Se da, además, la circunstancia de que otro facultativo advirtió del riesgo de reincidencia de Evrard, quien antes de salir de la prisión admitió que su atracción hacia los niños no había remitido. Médicos y magistrados piden que se ponga fin a esta situación. "Es muy lamentable que el presidente no haya dicho nada sobre el seguimiento de los delincuentes en la prisión", declaró el presidente de la Unión Sindical de Magistrados, Bruno Thouzellier.

Los jueces también cuestionan la creación en Lyón de un hospital para internar, tras el cumplimiento de la pena, a pedófilos que sigan siendo un peligro. "Es en prisión donde hay que trabajar con ellos", dice Emmanuelle Perreux, presidenta del Sindicato de la Magistratura. Los expertos también cuestionan la efectividad de la castración química, que Sarkozy propone aplicar a los delincuentes sexuales.