El presidente peruano, Alejandro Toledo, nombró como primer ministro a Pedro Pablo Kuczynski, hasta ayer timonel de la economía peruana, en un intento de sortear la última crisis política que hizo tambalear al Gobierno. Kuczynski, un tecnócrata que imprimió una fuerte impronta neoliberal a su gestión, reemplaza a Carlos Ferrero, que dimitió la semana pasada a consecuencia de la decisión de Toledo de designar como canciller al exembajador en España Fernando Olivera.

"Hay que tratar de que este Gobierno termine de manera ordenada, manteniendo el buen desempeño de la economía y asegurando la realización de elecciones transparentes y limpias en el 2006", dijo el nuevo primer ministro, que asumió el cargo anoche. A su vez dijo que se quedará en su puesto hasta que finalice el mandato de Toledo, descartando de esa manera la posibilidad de presentarse a las presidenciales de junio como candidato de un sector de la derecha.

A Toledo tenía ayer pendiente resolver quién será el sustituto del efímero Olivera en la cancillería. El sábado pasado, el presidente le pidió al líder del Frente Independiente Moralizador (FIM) que abandonara el puesto en el que lo había colocado 48 horas antes. Toledo volvió sobre sus pasos al comprobar que la decisión había provocado críticas de Perú Posible y de la oposición.