Nos obligaron a convertirnos al islam pistola en mano". Así narró el periodista estadounidense Steve Centanni la conversión a la que él y el cámara neozelandés de la cadena Fox Olaf Wiig se vieron forzados por sus secuestradores, el desconocido grupo palestino Brigadas de la Guerra Santa. Centanni y Wiig fueron liberados ayer, en buen estado de salud, en Gaza tras protagonizar el secuestro más largo, 14 días, de extranjeros en los territorios ocupados.

Han sido 14 días de sufrimiento para los reporteros y sus familias, en los que los periodistas temieron por sus vidas y sufrieron duras condiciones de cautiverio. "En varias ocasiones nos mantuvieron atados cara al suelo en posiciones dolorosas", explicó Centann. La dura experiencia finalizó ayer, cuando fuerzas de seguridad palestinas los llevaron a un hotel de Gaza y después cruzaron la frontera hacia Israel.

En el hotel, los reporteros se entrevistaron con el primer ministro palestino, Ismail Haniya. En una breve declaración tras el encuentro, coincidieron en pedir a la prensa internacional que no tenga miedo de acudir a Gaza para hacer su trabajo. Centanni afirmó: "Espero que lo ocurrido no asuste a ningún periodista y deje de venir a Gaza. El pueblo palestino es amable y bienintencionado. El mundo debe saber más sobre ellos".

Estas palabras coincidieron con el ataque del Ejército israelí a un coche de la agencia Reuters, claramente identificado, que estaba cubriendo una operación militar en Gaza y que se saldó con dos periodistas palestinos heridos.

DESGOBIERNO En una improvisada rueda de prensa, Haniya eludió las preguntas sobre la identidad de los captores y qué va a ocurrir con ellos, pero sí negó que tuvieran alguna relación con Al Qaeda.

Desde hace meses, aprovechando el desgobierno y el caos que viven los territorios ocupados, sobre todo Gaza, los secuestros de extranjeros se han convertido en habituales. En la gran mayoría de los casos, los captores estaban relacionados con las fuerzas de seguridad y Al Fatá. Lo habitual hasta el secuestro de Centanni y Wiig era que los rehenes fueran liberados en uno o dos días.

Nadie en la Autoridad Nacional Palestina dice saber quiénes son las Brigadas de la Guerra Santa, aunque Hamás ha insinuado que están relacionadas con Al Fatá. Los captores exigieron que EEUU liberara a todos los presos musulmanes, pusieron un ultimátum, amenazaron de muerte a los rehenes y grabaron vídeos en los que los periodistas leían proclamas políticas. La guinda ha sido la forzada conversión al islam.