La sociedad boliviana obtuvo en la madrugada de ayer una frágil tregua cuando el Congreso designó nuevo presidente interino a Eduardo Rodríguez y abrió la posibilidad de que se celebren elecciones en unos 150 días. "Una de mis atribuciones será convocar a ese proceso electoral donde se renueve la representación ciudadana", fue lo primero que dijo Rodríguez. Hasta el jueves, Rodríguez era presidente del Tribunal Supremo. Se convirtió en jefe de Estado por accidente.

El escenario político cambió en Sucre, la capital histórica de Bolivia, a unos 600 kilómetros al sur de La Paz. La muerte de un minero, en medio de un enfrentamiento con la policía, amenazó con transformarse en la chispa capaz de desatar un incendio en una Sucre a la que se trasladaron miles de personas para impedir que el senador Hormando Vaca Díez o el diputado Mario Cossío, primero y segundo respectivamente en la sucesión del presidente dimitido Carlos Mesa, obtuvieran el poder y recrearan la coalición de partidos tradicionales que estalló en el aire en octubre del 2003, con la llamada "revuelta del gas".

Tras el deceso, aumentaron dentro del Congreso las corrientes favorables a que Rodríguez fuera el presidente. Con rostro adusto, Vaca Díez y Cossío anunciaron entonces que declinaban en sus aspiraciones.

CONDICIONES Antes de prestarle juramento, Vaca Díez y Cossío aprovecharon para considerarse víctimas de una confabulación. Y, de paso, marcaron veladamente algunas condiciones a Rodríguez: sin ellos no podrá gobernar, le vinieron a decir.

El flamante presidente, que carece de base social y política, no pasó por alto la sutileza. En sus primeras palabras, llamó a "un gran acuerdo nacional" y prometió ejercer un "mandato breve, con la ayuda del Congreso". No está claro si las anheladas elecciones serán sólo para cargos ejecutivos --como marca la Carta Magna-- o permitirán renovar un polémico Parlamento.

Rodríguez, que el fin de semana formará Gobierno, consideró por otra parte que la convocatoria de una Asamblea Constituyente --una de las banderas de los movimientos sociales-- y el referendo autonómico --la principal aspiración de las regiones ricas del Oriente-- son procesos que deberían llegar a buen puerto de la mano de una tarea compartida entre el Ejecutivo y el Legislativo. "Seamos capaces de abordar el tema de los hidrocarburos. La Constitución dice que son del dominio originario del Estado: es el Congreso el que deberá ser capaz, en esta oportunidad, o en su capacidad renovada tras un proceso electoral, de hacer efectivo ese principio", dijo.

APOYO EMPRESARIAL El empresariado salió ayer en su apoyo. Mineros y campesinos decidieron retornar a sus distritos. Algunos bloqueos se levantaron. Los vuelos comerciales volvieron a funcionar. "Hemos consultado a los compañeros del campo y la ciudad, y la mayor parte pide un cuarto intermedio hasta que el nuevo presidente organice su equipo de trabajo. Su elección baja la tensión", dijo Evo Morales, líder del Movimiento al Socialismo. Entretanto, los grupos radicales --responsables del aislamiento de La Paz-- discutían ayer si secundaban la tregua.

Y España ofreció ayer al nuevo presidente el "respaldo y la ayuda que sean necesarios" para superar la crisis. Madrid deseó que Rodríguez encare la situación con la colaboración de las instituciones del Estado y de los "actores políticos y sociales".