Las lluvias torrenciales que afectan desde hace días al estado de Colorado (EEUU) han dejado un balance provisional de al menos seis muertos, unos 500 desaparecidos y 11.000 evacuados. La tormenta ha destruido completamente más de 1.500 casas y ha causado daños a más de 17.000 viviendas y a puentes y carreteras en las peores inundaciones que se recuerdan en la zona.

Un octogenario que fue arrastrado el domingo por un torrente en el condado de Larimer es por ahora la última víctima mortal. El jueves los equipos de emergencia encontraron tres cuerpos; el viernes una cuarta víctima apareció en el condado de Boulder y el sábado una mujer falleció en la localidad de Boulder, que quedó cubierta de agua.

Según los servicios de emergencia, la cifra de personas de las cuales no se tiene noticia son 1.253 aunque el gobernador de Colorado, John Hickenlooper, ha rebajado la cifra a 500 personas. "Encontrar a estas personas es una de nuestras prioridades. Cinco equipos de investigadores están dedicados en exclusiva a esta tarea", ha explicado el sheriff de Boulder, Joe Pelle. Es posible que algunos de los desaparecidos no estén en peligro sino que se encuentren sin posibilidades de comunicarse, ya que la lluvia ha dejado sin electricidad a numerosas zonas.

Estado de emergencia

Las imágenes de las televisiones de EEUU muestran riadas levantando carreteras y llevándose coches a su paso. El presidente de EEUU, Barack Obama, ha decretado el estado de emergencia y ha ordenado el envío de equipos para ayudar a las autoridades locales.

Las inundaciones afectan principalmente a 15 condados de Colorado que se encuentran al pie de las montañas Rocosas. La lluvia empezó el miércoles en las llanuras y altas montañas. Los pueblos de Jamestown, Lyons y Longmont se han convertido en islas en mitad del agua. Helicópteros se encargan de suministrar alimentos a las personas que han quedado aisladas.