Si el aterrizaje de una avioneta Cessna pilotada por un joven alemán en la plaza Roja, el 28 de mayo de 1987, resultó ser una osada metáfora de las debilidades intrínsecas del sistema soviético, otra de la misma marca, al violar la zona de seguridad y provocar un gran revuelo en Washington, simboliza la vulnerabilidad de la superpotencia y explica la paranoia que aqueja a las autoridades desde los atentados del 11-S del 2001. No podemos olvidar que EEUU está en guerra, pero su protección deja mucho que desear, pese a las medidas draconianas que determinaron el cierre del aeropuerto más cercano. La alarma de ayer es la repetición de la de junio del 2004 por el entierro de Reagan.

Las investigaciones sobre los ataques del 11-S denunciaron el fracaso de los servicios secretos. La incursión perturbadora de una modesta avioneta en la capital imperial reveló los fallos humanos o agujeros negros que coartan la libertad cuando son explotados sin freno por la clase política.

*Periodista e historiador.