Silicon Valley mira con preocupación hacia el Capitolio. Allí, esta semana volverá a debatirse la controvertida ley de inmigración, una legislación que levanta un apasionado debate en un país donde hay 12 millones de sin papeles . Pero para Microsoft, Google o Intel, la ley tiene otros aspectos vitales: la regulación de los visados de trabajo.

Tal como está escrito el proyecto de ley a debate, estas empresas temen que su capacidad para importar cerebros del extranjero se vea muy limitada, lo que afectará a su capacidad competitiva. Por ello, las compañías han puesto en marcha su maquinaria de presión para lograr una legislación que les convenga.

Estas empresas traen a extranjeros con visados de trabajo temporal, pero se quejan de que no se dan suficientes permisos de este tipo y abogan por ampliar el cupo.